Presupuestar en diseño gráfico

10 cosas a considerar a la hora de presupuestar un trabajo de diseño gráfico

Los que vivi­mos del apa­sio­nan­te mun­do de disain en cual­quie­ra de sus varian­tes sabe­mos lo difí­cil que es pre­su­pues­tar un tra­ba­jo.

Las varia­bles que pue­den inte­grar­se en un pro­yec­to son a veces dema­sia­das para poder con­si­de­rar­las todas, los cos­tos de tra­ba­jo pue­den variar enor­me­men­te de un clien­te a otro inclu­so sien­do clien­tes de tipos simi­la­res, las carac­te­rís­ti­cas de los tra­ba­jos son casi siem­pre dis­tin­tas, las tari­fas «pla­nas» o por horas son muy pro­ble­má­ti­cas por­que o no lle­gas o te pasas.

Des­pués de más de 30 años en como dise­ña­dor, sobre todo edi­to­rial, os voy a con­tar un poco que tomo en con­si­de­ra­ción a la hora de cal­cu­lar algu­nos tra­ba­jos, no todos los calcu­lo con este decá­lo­go pero si con­si­de­ro varias de estas cues­tio­nes.

Presupuestar los derechos del proyecto

1. Los derechos sobre el diseño que se entrega

Un clien­te pue­de tra­ba­jar con­ti­go nor­mal­men­te de tres for­mas: como un uso úni­co, pagan­do los dere­chos de uso de for­ma total o par­cial o como un tra­ba­jo por encar­go.

Dere­cho de uso úni­co: en este caso se acuer­da con el clien­te el núme­ro de veces que va a poder uti­li­zar tu tra­ba­jo, por ejem­plo un dise­ño para un anun­cio, si es para varios medios y para cuan­tos, una vez que ha fina­li­za­do ese núme­ro de usos se cal­cu­la­rá un por­cen­ta­je a fac­tu­rar para las siguien­te uti­li­za­cio­nes, en este caso sigues sien­do el pro­pie­ta­rio de los dere­chos del dise­ño.

Com­pran­do el dise­ño: en este caso el clien­te com­pra los dere­cho de repro­duc­ción sin tener que pagar más por el núme­ro de uti­li­za­cio­nes (esto pue­de variar y se pue­de acor­dar para no encon­trar­te que tus dise­ños se han usa­do tro­pe­cien­tas mil veces y a ti te dije­ron que lo iban a usar unas pocas dece­nas de veces), aquí tam­bién con­ser­vas los dere­chos del dise­ño a menos que se acuer­de lo con­tra­rio (lo cual no es acon­se­ja­ble).

Tra­ba­jo por encar­go: en este caso es como si fue­ses un emplea­do del clien­te y por ello el clien­te pasa a ser pro­pie­ta­rio de tu dise­ño y sus dere­chos, es acon­se­ja­ble aun así a la hora de pre­su­pues­tar el pro­yec­to acor­dar al menos la uti­li­za­ción por tu par­te como tra­ba­jo pro­mo­cio­nal de lo que dise­ñes para ter­ce­ros.

Presupuestar los plazos del proyecto

2. Los plazos

A ver, esto es fun­da­men­tal a la hora de pre­su­pues­tar un pro­yec­to, no es lo mis­mo tener que dise­ñar una publi­ca­ción para den­tro de dos días que para den­tro de un mes, cuan­to más cor­to sea el pla­zo más caro ten­drás que pre­su­pues­tar, de igual modo con­vie­ne esta­ble­cer lo más cla­ro posi­ble las fechas de entre­ga de mate­ria­les por par­te del clien­te y si quie­re hacer una modi­fi­ca­ción ade­lan­tan­do la fecha de entre­ga que debe­ría tener un cos­to adi­cio­nal sobre el pre­su­pues­to.

Presupuestar junto con la descripción del proyecto

3. Descripción y tiempos de trabajo

Una vez que hayas habla­do con tu clien­te y que más o menos ten­gáis cla­ro lo que vais a hacer en el pro­yec­to es bue­na idea enviar un docu­men­to expli­can­do como vas a abor­dar el tra­ba­jo, el esti­lo que vas a emplear, el for­ma­to del tra­ba­jo, en que for­ma­to vas a entre­gar el tra­ba­jo final, las fechas lími­te, un calcu­lo de tiem­po de pro­duc­ción, los dere­chos de uso y otras cosas que pue­dan resul­tar impor­tan­tes a la hora de cla­ri­fi­car los tér­mi­nos del tra­ba­jo sin olvi­dar cla­ro está el pre­su­pues­to del pro­yec­to a rea­li­zar.

Presupuestar las revisiones y correciones

4. Correcciones y revisiones

Nada está ter­mi­na­do a la pri­me­ra, siem­pre hay mati­ces, revi­sio­nes y correc­cio­nes. Con­vie­ne esta­ble­cer el núme­ro de ellas que se rea­li­za­rán inclui­das en el pre­su­pues­to para evi­tar revi­sio­nes infi­ni­tas o correc­cio­nes con­tra­dic­to­rias que harán que la fecha de entre­ga el tra­ba­jo pue­da dila­tar­se y que en oca­sio­nes el clien­te no asu­ma.

Presupuestar los costes externos al proyecto

5. Costos externos al proyecto

Es con­ve­nien­te aña­dir un tex­to que espe­ci­fi­que que si el clien­te quie­re una modi­fi­ca­ción no expli­ci­ta­da en la redac­ción del pro­yec­to se fac­tu­ra­rá apar­te, ima­gi­na por ejem­plo que estás hacien­do un catá­lo­go con varias foto­gra­fías ya apro­ba­das por el clien­te, en algún momen­to el clien­te quie­re cam­biar algu­nas o todas las foto­gra­fías y has de hacer­las de nue­vo, ese cos­to no for­ma par­te del pro­yec­to ini­cial.

Tener claras las condiciones de pago al presupuestar

6. Condiciones de pago

Lo nor­mal es que el pago se reali­ce a 30 días una vez ter­mi­na­do el pro­yec­to, pero pue­de haber clien­tes con los que hagas excep­cio­nes, en el caso de que sea así pro­cu­ra rea­li­zar un cálcu­lo «a tu favor», si es un pro­yec­to que va a durar varios meses se sue­le acor­dar pagos par­cia­les en fun­ción de obje­ti­vos que se vayan rea­li­zan­do en el pro­yec­to.

Presupuestar la entrega de los derechos del proyecto

7. Entregar los derechos

Una vez rea­li­za­do el pago final se podrán entre­gar los dere­chos de repro­duc­ción de la obra rea­li­za­da al clien­te, esto con­vie­ne refle­jar­lo a la hora de hacer el pre­su­pues­to e infor­mar en el de como se rea­li­za­rá esta trans­fe­ren­cia, esto es sobre­to­do impor­tan­te en los tra­ba­jos por con­tra­to ya que estos no se podrán con­si­de­rar fina­li­za­dos has­ta que el dise­ña­dor cobre el tra­ba­jo.

Incluir al presupuestar la inclusión en los créditos del proyecto

8. Créditos del trabajo

Con­vie­ne acla­rar este pun­to antes de empe­zar el tra­ba­jo y a ser posi­ble incluir­lo en las con­di­cio­nes del mis­mo, lo nor­mal es poder incluir en los cré­di­tos del tra­ba­jo la refe­ren­cia al dise­ña­dor del mis­mo, tan­to por pres­ti­gio como por res­pon­sa­bi­li­dad de la obra rea­li­za­da.

9. Utilización de los trabajos para promoción propia

Hay una fra­se que pue­des nego­ciar con tu clien­te que te pue­de inte­re­sar mucho: «El dise­ña­dor se reser­va el dere­cho de uti­li­zar el tra­ba­jo pro­du­ci­do para sus pro­pias nece­si­da­des de auto­pro­mo­ción (sin fines de lucro)». Con esto espe­ci­fi­cas que quie­res poder uti­li­zar tu tra­ba­jo por ejem­plo en tu pági­na web o en algún artícu­lo de una publi­ca­ción, lógi­ca­men­te sin obte­ner un bene­fi­cio con ello. Pue­de pare­cer algo obvio pero con­vie­ne acla­rar­lo por­que habrá situa­cio­nes en las cua­les no es posi­ble, a mi me tie­ne ocu­rri­do en algu­na oca­sión que el tra­ba­jo rea­li­za­do tie­ne aso­cia­do un con­tra­to NDA que no te per­mi­te este tipo de uti­li­za­ción del pro­yec­to.

10. Propiedad original del trabajo

Menos en los tra­ba­jos por encar­go, el dise­ña­dor siem­pre con­ser­va la pro­pie­dad del dise­ño, si lo que quie­res es ven­der esa pro­pie­dad hay que valo­rar­la apar­te de la rea­li­za­ción del tra­ba­jo en si. Otro deta­lle impor­tan­te es que sal­vo el dise­ña­dor ori­gi­nal nadie pue­de modi­fi­car el tra­ba­jo final entre­ga­do (pese a que esto es bas­tan­te habi­tual).

El pedido del trabajo

Bueno pues ya está, hemos toma­do en con­si­de­ra­ción una serie de fac­to­res (no hace fal­ta que sean todos) a la hora de pre­su­pues­tar nues­tro tra­ba­jo y lle­ga el momen­to de que nos hagan el pedi­do para el pro­yec­to, este pedi­do es un con­tra­to recí­pro­co entre el clien­te y el dise­ña­dor y como docu­men­to legal esti­pu­la las con­di­cio­nes sobre las que se rea­li­za­rá el mis­mo.

En este pedi­do la empre­sa esti­pu­la que es lo que soli­ci­ta al dise­ña­dor y el dise­ña­dor acep­ta ese pedi­do en las con­di­cio­nes pac­ta­das, pla­zos, tér­mi­nos de entre­ga y pagos.

Todo esto ayu­da a que no sur­jan lue­go malas inter­pre­ta­cio­nes en el pro­yec­to a rea­li­zar y cuan­to más cla­ras sean las cosas des­de el prin­ci­pio mucho mejor.

A fin de cuen­tas en reali­dad tra­ba­ja­mos para comer… (bueno y para algu­na cosa más).

Una últi­ma cosa, lo mejor para comu­ni­car­se con un clien­te es por escri­to, es decir, email, con­ver­sa­cio­nes por men­sa­je­ría que se pue­dan man­te­ner… las comu­ni­ca­cio­nes por telé­fono lo mejor es no uti­li­zar­las más allá de la cor­te­sía, lo rela­ti­vo al tra­ba­jo en cur­so lo mejor es que que­de por escri­to que lue­go las pala­bras se las lle­va el vien­to.

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