Tiempo de lectura:
±15 minutos
Para escuchar mientras lees ➡️
«Los cuatro fantásticos. Primeros pasos» aterriza en el MCU con un elenco cuidadosamente seleccionado que insufla vida nueva a los míticos personajes. Pedro Pascal se adueña de Reed Richards con una mezcla de cercanía y rigor, aprovechando la vasta experiencia cosechada en series como «The Mandalorian», «Juego de tronos» o «Narcos». Vanessa Kirby, tras su papel irresistible en «The Crown» y la batería de emociones desplegadas en «Misión Imposible: Fallout», reinventa a Susan Storm con elegancia, determinación y vulnerabilidad nunca vistas en la franquicia. Ebon Moss-Bachrach, curtido en dramas como «The Bear» y «Girls», redefine a Ben Grimm fusionando ternura, humor y resignación; Joseph Quinn, catapultado por «Stranger Things» y «Catherine the Great», aporta humanidad y descaro a un Johnny Storm centro de chispazos cómicos pero también de emociones sinceras.
Pero la revolución interpretativa va más allá de los cuatro protagonistas. El papel de Silver Surfer recae por primera vez en la actriz Julia Garner, logrando un giro que abre matices nuevos, tanto en el conflicto interior del heraldo como en su relación subordinada y desafiante con Galactus. John Malkovich dota de profundidad a un villano inquietante, y el renovado personaje de Alicia Masters interpretado por Natasha Lyonne –esta vez no ciega– genera una nueva dinámica afectiva que rompe con décadas de tradición en las viñetas.

Dirección, guion y el impulso retrofuturista Marvel
Detrás de la cámara, Matt Shakman se revela como un cineasta capaz de lidiar con el desafío de los grandes iconos populares. Su paso por la televisión –en particular, la celebrada dirección de «WandaVision» y capítulos clave en «Juego de tronos»– le aporta un instinto agudo para el ritmo coral y el equilibrio entre espectáculo y detalle íntimo. En cine, había dirigido «Cut Bank», y ahora introduce en el MCU una intensidad emocional y una valentía estética que se perciben desde el primer minuto.
El guion, firmado por un equipo que incluye a Josh Friedman y Cameron Squires (ambos forjados en sagas de ciencia ficción como «Avatar: The Way of Water», «Snowpiercer» o «WandaVision»), rehuye la enésima reescritura del accidente cósmico y prefiere explorar los retos de la convivencia y el qué hacer con unos poderes sobrehumanos en un mundo que nunca terminó de creérselos. El diálogo constante entre tradición y ruptura inyecta a la cinta una energía inesperada; el tono nunca llega a resultar solemne ni infantil.
Lo más llamativo es, sin duda, la apuesta por un universo retrofuturista: una Nueva York paralela en pleno optimismo sesentero, colorista, camp, salpicada de gadgets anacrónicos y coches flotantes, en la que la ciencia se presenta como faro moral y social. El diseño de producción y la fotografía reconstruyen con cariño ese imaginario nostálgico y utópico que evoca los futuros posibles de las películas clásicas y los cómics de Kirby, pero siempre añadiendo ironía y nervio pop.

Adaptaciones, diferencias con el cómic y el imponente Galactus
Esta película escoge caminos inéditos frente a las historias originales. El cambio más sonado es el de Silver Surfer, que abandona el género masculino para explorar otros registros emocionales y una posición frente a Galactus mucho menos sumisa: ahora la heraldo transita la frontera entre la rebeldía y la obligación cósmica, ampliando la paleta moral del relato. La relación entre Ben Grimm y Alicia Masters también abandona el canon de los cómics con una Alicia plenamente vidente, lo que añade tensión romántica y rompe la asociación tradicional entre monstruosidad y percepción visual.
Galactus, por fin, es presentado de modo fiel: gigantesco, amenazante, casi filosófico, muy lejos de la nube de la película de 2007. El filme lo convierte en una presencia omnipotente que invita al debate ético más allá del clásico enfrentamiento bien-mal: devorar el planeta implica reflexión sobre el sacrificio, la escala y la insignificancia de lo humano ante lo cósmico. Silver Surfer, en su nuevo rol, funciona como catalizadora del cambio y vínculo entre el adversario y los protagonistas.
El largometraje evita referencias innecesarias y no obliga al espectador a memorizar decenas de entregas anteriores del MCU; aquí todo arranca desde cero, pero con el peso de la leyenda sobre los hombros. La película rescata el espíritu de familia y de exploración que convirtieron a los «Fantastic Four» en símbolo del cómic, y los entronca con el presente mediante humor ácido, emoción genuina y una mirada que combina amor al pasado y osadía para mirar al futuro.

Referencias
- Shakman, M. (2025). «Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos» [Película]. Marvel Studios.
El film motor de todos los debates sobre reinvención y fidelidad al cómic, con ejemplos claros de los cambios de Silver Surfer y Alicia Masters. - Gutiérrez, J. (2024). El universo Marvel en el cine. Alianza Editorial.
Análisis panorámico de la evolución de Marvel Studios, especialmente valioso para contextualizar el salto estético y argumental de la saga. - Kirby, J. (1961). Fantastic Four [Cómic]. Marvel Comics.
Fuente primaria sobre los orígenes, tono y primeras dinámicas del grupo, imprescindible para comparar con el filme. - Payán, M.J. (2025). “Nueva York y nostalgia: la magia de Shakman”. Fotogramas, 183(12), 67–71.
Crítica de la película con especial atención al universo visual, valoración del elenco y matices respecto a las iteraciones previas. - Cardona, L. (2023). Superhéroes en pantalla grande. Taurus.
Recorrido por la trayectoria de actores y directores en el cine de superhéroes y los retos de la diversificación contemporánea.








Debe estar conectado para enviar un comentario.