Impresionismo y postimpresionismo, transformando la mirada

Tra­ba­jo como dise­ña­dor grá­fi­co des­de hace más de 35 años y siem­pre he pen­sa­do que lo mejor que se pue­de hacer es apren­der de los que saben, por eso duran­te todo este tiem­po he estu­dia­do dife­ren­tes esti­los, he pen­sa­do que podría estar bien hacer una serie de artícu­los sobre esto, así que este es el pri­me­ro.

Vamos con el impresionismo y el postimpresionismo

En el siglo XIX, el mun­do del arte fue tes­ti­go de una revo­lu­ción que trans­for­ma­ría la mane­ra en que per­ci­bi­mos la reali­dad. El impre­sio­nis­mo y el post­im­pre­sio­nis­mo, dos movi­mien­tos artís­ti­cos con­se­cuen­tes, desa­fia­ron las con­ven­cio­nes esta­ble­ci­das, dan­do paso a una nue­va era de expre­sión artís­ti­ca. En este via­je, explo­ra­re­mos cin­co des­ta­ca­dos artis­tas y sus obras maes­tras que deja­ron una hue­lla imbo­rra­ble en la his­to­ria del arte.

Claude Monet

Clau­de Monet, el maes­tro impre­sio­nis­ta por exce­len­cia, cau­ti­vó al mun­do con su enfo­que inno­va­dor en la repre­sen­ta­ción de la luz y el color. «Impre­sión, sol nacien­te» (1872) no solo le dio nom­bre al movi­mien­to sino que tam­bién encap­su­la la esen­cia de su visión. Las pin­ce­la­das suel­tas y la pale­ta de colo­res vibran­tes trans­mi­ten la fuga­ci­dad del momen­to, cap­tu­ran­do la atmós­fe­ra úni­ca de un ama­ne­cer.

Edgar Degas

Degas, cono­ci­do por sus esce­nas de ballet y caba­llos, apor­tó una pers­pec­ti­va úni­ca al impre­sio­nis­mo. «La cla­se de dan­za» (1874) es un ejem­plo nota­ble de su habi­li­dad para cap­tu­rar la gra­cia en movi­mien­to. Las figu­ras pare­cen estar en cons­tan­te cam­bio, desa­fian­do las repre­sen­ta­cio­nes está­ti­cas con­ven­cio­na­les y brin­dan­do una visión más diná­mi­ca del arte.

Pierre-Auguste Renoir

La obra de Renoir, carac­te­ri­za­da por la repre­sen­ta­ción de la vida coti­dia­na, es ejem­pli­fi­ca­da en «Almuer­zo de reme­ros» (1881). Las esce­nas ani­ma­das y la aten­ción a los deta­lles reve­lan su maes­tría téc­ni­ca y su habi­li­dad para cap­tu­rar la ale­gría efer­ves­cen­te. Renoir tras­cien­de la mera repre­sen­ta­ción visual, infun­dien­do sus obras con una atmós­fe­ra con­ta­gio­sa.

Vincent van Gogh

Van Gogh, figu­ra cen­tral en el post­im­pre­sio­nis­mo, desa­fió las fron­te­ras de la reali­dad con su visión expre­si­va y emo­cio­nal. «La noche estre­lla­da» (1889) es un tor­be­llino de color y movi­mien­to, refle­jan­do la tor­men­ta inte­rior del artis­ta. Su esti­lo úni­co, lleno de pin­ce­la­das auda­ces y colo­res inten­sos, mar­có el comien­zo de un nue­vo capí­tu­lo en la his­to­ria del arte.

Paul Cézanne

Cézan­ne, pio­ne­ro del post­im­pre­sio­nis­mo, explo­ró la geo­me­tría y la estruc­tu­ra en su obra. «Mon­te Sain­te-Vic­toi­re» (1887) es un ejem­plo magis­tral de su enfo­que úni­co. Las for­mas sim­pli­fi­ca­das y la apli­ca­ción meticu­losa de la pin­tu­ra reve­lan su bús­que­da de la esen­cia sub­ya­cen­te en la natu­ra­le­za, influ­yen­do en movi­mien­tos artís­ti­cos futu­ros como el cubis­mo.

Hasta aquí el impresionismo y el postimpresionismo

El impre­sio­nis­mo y el post­im­pre­sio­nis­mo mar­ca­ron una tran­si­ción sig­ni­fi­ca­ti­va en la his­to­ria del arte, desa­fian­do las nor­mas esta­ble­ci­das y abrien­do nue­vas posi­bi­li­da­des expre­si­vas. A tra­vés de las obras maes­tras de Monet, Degas, Renoir, Van Gogh y Cézan­ne, obser­va­mos una diver­si­dad de esti­los y enfo­ques que han deja­do una hue­lla per­du­ra­ble en el lien­zo de la crea­ti­vi­dad huma­na. Estos artis­tas visio­na­rios, al tras­cen­der las limi­ta­cio­nes tra­di­cio­na­les, nos invi­tan a explo­rar la belle­za en su for­ma más inno­va­do­ra y cau­ti­va­do­ra.

Hay muchos más artis­tas que podréis encon­trar sobre este esti­lo, tan­to en pin­tu­ra como en otras artes, pero estos son unos bue­nos ejem­plos.

Knolling: la estética del orden

En un mun­do lleno de caos, don­de la crea­ti­vi­dad y el dise­ño se entre­la­zan, sur­ge una téc­ni­ca que va más allá de la orga­ni­za­ción tra­di­cio­nal. Se lla­ma kno­lling, una prác­ti­ca que no solo bus­ca el orden, sino que tam­bién abra­za la esté­ti­ca en la dis­po­si­ción meticu­losa de obje­tos. En este artícu­lo, explo­ra­re­mos el fas­ci­nan­te mun­do del kno­lling, sus orí­ge­nes, su apli­ca­ción en diver­sas dis­ci­pli­nas y su impac­to en la for­ma en que per­ci­bi­mos el espa­cio y la crea­ti­vi­dad.

Kno­lling: ¿qué sig­ni­fi­ca?

El tér­mino «kno­lling» se atri­bu­ye a Andrew Kro­me­low, un emplea­do de la fir­ma de mobi­lia­rio Knoll, quien popu­la­ri­zó esta téc­ni­ca en los años 80. La pala­bra pro­vie­ne de la expre­sión en inglés «to knoll,» que sig­ni­fi­ca orga­ni­zar o ali­near obje­tos de mane­ra para­le­la o per­pen­di­cu­lar entre sí. Sin embar­go, el kno­lling va más allá de la sim­ple orga­ni­za­ción; impli­ca la dis­po­si­ción pre­ci­sa y simé­tri­ca de ele­men­tos, crean­do com­po­si­cio­nes visua­les impac­tan­tes.

Ejemplos de Knolling

El arte de la orga­ni­za­ción crea­ti­va

El kno­lling no se tra­ta solo de orde­nar obje­tos, sino de hacer­lo de mane­ra crea­ti­va y esté­ti­ca­men­te agra­da­ble. Ima­gi­na una mesa con herra­mien­tas dis­pues­tas de mane­ra uni­for­me, cada obje­to ali­nea­do per­fec­ta­men­te, con espa­cios cal­cu­la­dos entre ellos. Esta dis­po­si­ción no solo faci­li­ta la iden­ti­fi­ca­ción y el acce­so a cada ele­men­to, sino que tam­bién crea una ima­gen visual­men­te atrac­ti­va.

Orí­ge­nes y evo­lu­ción del kno­lling

El kno­lling tie­ne sus raí­ces en la foto­gra­fía. El fotó­gra­fo Michael O’Brien, ins­pi­ra­do por las imá­ge­nes deta­lla­das de obje­tos de Donald Judd, adop­tó esta téc­ni­ca para cap­tu­rar la esen­cia y la com­ple­ji­dad de los obje­tos coti­dia­nos. Des­de enton­ces, el kno­lling se ha exten­di­do a diver­sas dis­ci­pli­nas, des­de el dise­ño grá­fi­co has­ta la gas­tro­no­mía, con­vir­tién­do­se en una for­ma de expre­sión artís­ti­ca y orga­ni­za­ti­va.

Kno­lling en la foto­gra­fía y el dise­ño grá­fi­co

En la foto­gra­fía, el kno­lling se uti­li­za para resal­tar la geo­me­tría y los deta­lles de los obje­tos. La dis­po­si­ción orde­na­da des­ta­ca las for­mas y crea una com­po­si­ción visual­men­te impac­tan­te. En el dise­ño grá­fi­co, el kno­lling se ha inte­gra­do en pre­sen­ta­cio­nes de pro­duc­tos y cam­pa­ñas publi­ci­ta­rias, trans­mi­tien­do no solo la uti­li­dad sino tam­bién la ele­gan­cia de los obje­tos.

Ejemplos de Knolling

El kno­lling en el mun­do digi­tal

Con la lle­ga­da de las redes socia­les, el kno­lling ha encon­tra­do un nue­vo hogar en pla­ta­for­mas como Ins­ta­gram, don­de los usua­rios com­par­ten imá­ge­nes de sus crea­cio­nes orga­ni­za­ti­vas. La vira­li­dad de esta ten­den­cia ha lle­va­do a la popu­la­ri­za­ción de hash­tags como #kno­lling, crean­do comu­ni­da­des en línea dedi­ca­das a la apre­cia­ción y prác­ti­ca de esta téc­ni­ca.

Kno­lling en la gas­tro­no­mía y el arte culi­na­rio

La coci­na tam­bién ha adop­ta­do el kno­lling como una for­ma de pre­sen­tar ali­men­tos de mane­ra artís­ti­ca. Des­de la dis­po­si­ción orde­na­da de ingre­dien­tes has­ta la pre­sen­ta­ción de pla­tos ter­mi­na­dos, los chefs han encon­tra­do en esta téc­ni­ca una mane­ra de fusio­nar la esté­ti­ca visual con la expe­rien­cia gas­tro­nó­mi­ca.

Ejemplos de Knolling

Impac­to Psi­co­ló­gi­co del Kno­lling en la Per­cep­ción del Orden

El kno­lling no solo tie­ne un impac­to visual, sino tam­bién psi­co­ló­gi­co. La dis­po­si­ción orde­na­da de obje­tos pue­de tener un efec­to tran­qui­li­za­dor en la men­te, crean­do un sen­ti­do de armo­nía y con­trol en un entorno. Este enfo­que meticu­loso hacia la orga­ni­za­ción pue­de impul­sar la pro­duc­ti­vi­dad y la crea­ti­vi­dad al eli­mi­nar dis­trac­cio­nes visua­les y fomen­tar la con­cen­tra­ción.

Kno­lling como Herra­mien­ta Crea­ti­va en el Dise­ño de Espa­cios

En el dise­ño de inte­rio­res, el kno­lling se ha con­ver­ti­do en una herra­mien­ta crea­ti­va para orga­ni­zar y deco­rar espa­cios. Des­de ofi­ci­nas has­ta hoga­res, la dis­po­si­ción orde­na­da de obje­tos no solo mejo­ra la fun­cio­na­li­dad sino que tam­bién apor­ta un toque esté­ti­co úni­co. La elec­ción cons­cien­te de cada ele­men­to y su posi­ción con­tri­bu­yen a la crea­ción de ambien­tes armo­nio­sos y visual­men­te agra­da­bles.

Desa­fíos y crí­ti­cas al kno­lling

A pesar de su popu­la­ri­dad, el kno­lling no está exen­to de crí­ti­cas. Algu­nos argu­men­tan que esta obse­sión por la orga­ni­za­ción pue­de lle­var a la rigi­dez crea­ti­va, limi­tan­do la espon­ta­nei­dad y la impro­vi­sa­ción. Otros sos­tie­nen que el énfa­sis en la esté­ti­ca pue­de eclip­sar la fun­cio­na­li­dad real de los obje­tos.

Ejemplos de Knolling

Pers­pec­ti­vas futu­ras

El kno­lling, como téc­ni­ca de orga­ni­za­ción crea­ti­va, ha evo­lu­cio­na­do más allá de su ori­gen en la foto­gra­fía para con­ver­tir­se en una for­ma de expre­sión en diver­sas dis­ci­pli­nas. Su impac­to en la per­cep­ción del orden, la esté­ti­ca y la crea­ti­vi­dad sugie­re que segui­rá sien­do una herra­mien­ta valio­sa en el mun­do del dise­ño y la inno­va­ción. A medi­da que la socie­dad avan­za, es emo­cio­nan­te ima­gi­nar cómo el kno­lling con­ti­nua­rá influ­yen­do en la for­ma en que orga­ni­za­mos y apre­cia­mos el mun­do que nos rodea.

10 cosas a considerar a la hora de presupuestar un trabajo de diseño gráfico

Los que vivi­mos del apa­sio­nan­te mun­do de disain en cual­quie­ra de sus varian­tes sabe­mos lo difí­cil que es pre­su­pues­tar un tra­ba­jo.

Las varia­bles que pue­den inte­grar­se en un pro­yec­to son a veces dema­sia­das para poder con­si­de­rar­las todas, los cos­tos de tra­ba­jo pue­den variar enor­me­men­te de un clien­te a otro inclu­so sien­do clien­tes de tipos simi­la­res, las carac­te­rís­ti­cas de los tra­ba­jos son casi siem­pre dis­tin­tas, las tari­fas «pla­nas» o por horas son muy pro­ble­má­ti­cas por­que o no lle­gas o te pasas.

Des­pués de más de 30 años en como dise­ña­dor, sobre todo edi­to­rial, os voy a con­tar un poco que tomo en con­si­de­ra­ción a la hora de cal­cu­lar algu­nos tra­ba­jos, no todos los calcu­lo con este decá­lo­go pero si con­si­de­ro varias de estas cues­tio­nes.

Presupuestar los derechos del proyecto

1. Los derechos sobre el diseño que se entrega

Un clien­te pue­de tra­ba­jar con­ti­go nor­mal­men­te de tres for­mas: como un uso úni­co, pagan­do los dere­chos de uso de for­ma total o par­cial o como un tra­ba­jo por encar­go.

Dere­cho de uso úni­co: en este caso se acuer­da con el clien­te el núme­ro de veces que va a poder uti­li­zar tu tra­ba­jo, por ejem­plo un dise­ño para un anun­cio, si es para varios medios y para cuan­tos, una vez que ha fina­li­za­do ese núme­ro de usos se cal­cu­la­rá un por­cen­ta­je a fac­tu­rar para las siguien­te uti­li­za­cio­nes, en este caso sigues sien­do el pro­pie­ta­rio de los dere­chos del dise­ño.

Com­pran­do el dise­ño: en este caso el clien­te com­pra los dere­cho de repro­duc­ción sin tener que pagar más por el núme­ro de uti­li­za­cio­nes (esto pue­de variar y se pue­de acor­dar para no encon­trar­te que tus dise­ños se han usa­do tro­pe­cien­tas mil veces y a ti te dije­ron que lo iban a usar unas pocas dece­nas de veces), aquí tam­bién con­ser­vas los dere­chos del dise­ño a menos que se acuer­de lo con­tra­rio (lo cual no es acon­se­ja­ble).

Tra­ba­jo por encar­go: en este caso es como si fue­ses un emplea­do del clien­te y por ello el clien­te pasa a ser pro­pie­ta­rio de tu dise­ño y sus dere­chos, es acon­se­ja­ble aun así a la hora de pre­su­pues­tar el pro­yec­to acor­dar al menos la uti­li­za­ción por tu par­te como tra­ba­jo pro­mo­cio­nal de lo que dise­ñes para ter­ce­ros.

Presupuestar los plazos del proyecto

2. Los plazos

A ver, esto es fun­da­men­tal a la hora de pre­su­pues­tar un pro­yec­to, no es lo mis­mo tener que dise­ñar una publi­ca­ción para den­tro de dos días que para den­tro de un mes, cuan­to más cor­to sea el pla­zo más caro ten­drás que pre­su­pues­tar, de igual modo con­vie­ne esta­ble­cer lo más cla­ro posi­ble las fechas de entre­ga de mate­ria­les por par­te del clien­te y si quie­re hacer una modi­fi­ca­ción ade­lan­tan­do la fecha de entre­ga que debe­ría tener un cos­to adi­cio­nal sobre el pre­su­pues­to.

Presupuestar junto con la descripción del proyecto

3. Descripción y tiempos de trabajo

Una vez que hayas habla­do con tu clien­te y que más o menos ten­gáis cla­ro lo que vais a hacer en el pro­yec­to es bue­na idea enviar un docu­men­to expli­can­do como vas a abor­dar el tra­ba­jo, el esti­lo que vas a emplear, el for­ma­to del tra­ba­jo, en que for­ma­to vas a entre­gar el tra­ba­jo final, las fechas lími­te, un calcu­lo de tiem­po de pro­duc­ción, los dere­chos de uso y otras cosas que pue­dan resul­tar impor­tan­tes a la hora de cla­ri­fi­car los tér­mi­nos del tra­ba­jo sin olvi­dar cla­ro está el pre­su­pues­to del pro­yec­to a rea­li­zar.

Presupuestar las revisiones y correciones

4. Correcciones y revisiones

Nada está ter­mi­na­do a la pri­me­ra, siem­pre hay mati­ces, revi­sio­nes y correc­cio­nes. Con­vie­ne esta­ble­cer el núme­ro de ellas que se rea­li­za­rán inclui­das en el pre­su­pues­to para evi­tar revi­sio­nes infi­ni­tas o correc­cio­nes con­tra­dic­to­rias que harán que la fecha de entre­ga el tra­ba­jo pue­da dila­tar­se y que en oca­sio­nes el clien­te no asu­ma.

Presupuestar los costes externos al proyecto

5. Costos externos al proyecto

Es con­ve­nien­te aña­dir un tex­to que espe­ci­fi­que que si el clien­te quie­re una modi­fi­ca­ción no expli­ci­ta­da en la redac­ción del pro­yec­to se fac­tu­ra­rá apar­te, ima­gi­na por ejem­plo que estás hacien­do un catá­lo­go con varias foto­gra­fías ya apro­ba­das por el clien­te, en algún momen­to el clien­te quie­re cam­biar algu­nas o todas las foto­gra­fías y has de hacer­las de nue­vo, ese cos­to no for­ma par­te del pro­yec­to ini­cial.

Tener claras las condiciones de pago al presupuestar

6. Condiciones de pago

Lo nor­mal es que el pago se reali­ce a 30 días una vez ter­mi­na­do el pro­yec­to, pero pue­de haber clien­tes con los que hagas excep­cio­nes, en el caso de que sea así pro­cu­ra rea­li­zar un cálcu­lo «a tu favor», si es un pro­yec­to que va a durar varios meses se sue­le acor­dar pagos par­cia­les en fun­ción de obje­ti­vos que se vayan rea­li­zan­do en el pro­yec­to.

Presupuestar la entrega de los derechos del proyecto

7. Entregar los derechos

Una vez rea­li­za­do el pago final se podrán entre­gar los dere­chos de repro­duc­ción de la obra rea­li­za­da al clien­te, esto con­vie­ne refle­jar­lo a la hora de hacer el pre­su­pues­to e infor­mar en el de como se rea­li­za­rá esta trans­fe­ren­cia, esto es sobre­to­do impor­tan­te en los tra­ba­jos por con­tra­to ya que estos no se podrán con­si­de­rar fina­li­za­dos has­ta que el dise­ña­dor cobre el tra­ba­jo.

Incluir al presupuestar la inclusión en los créditos del proyecto

8. Créditos del trabajo

Con­vie­ne acla­rar este pun­to antes de empe­zar el tra­ba­jo y a ser posi­ble incluir­lo en las con­di­cio­nes del mis­mo, lo nor­mal es poder incluir en los cré­di­tos del tra­ba­jo la refe­ren­cia al dise­ña­dor del mis­mo, tan­to por pres­ti­gio como por res­pon­sa­bi­li­dad de la obra rea­li­za­da.

9. Utilización de los trabajos para promoción propia

Hay una fra­se que pue­des nego­ciar con tu clien­te que te pue­de inte­re­sar mucho: «El dise­ña­dor se reser­va el dere­cho de uti­li­zar el tra­ba­jo pro­du­ci­do para sus pro­pias nece­si­da­des de auto­pro­mo­ción (sin fines de lucro)». Con esto espe­ci­fi­cas que quie­res poder uti­li­zar tu tra­ba­jo por ejem­plo en tu pági­na web o en algún artícu­lo de una publi­ca­ción, lógi­ca­men­te sin obte­ner un bene­fi­cio con ello. Pue­de pare­cer algo obvio pero con­vie­ne acla­rar­lo por­que habrá situa­cio­nes en las cua­les no es posi­ble, a mi me tie­ne ocu­rri­do en algu­na oca­sión que el tra­ba­jo rea­li­za­do tie­ne aso­cia­do un con­tra­to NDA que no te per­mi­te este tipo de uti­li­za­ción del pro­yec­to.

10. Propiedad original del trabajo

Menos en los tra­ba­jos por encar­go, el dise­ña­dor siem­pre con­ser­va la pro­pie­dad del dise­ño, si lo que quie­res es ven­der esa pro­pie­dad hay que valo­rar­la apar­te de la rea­li­za­ción del tra­ba­jo en si. Otro deta­lle impor­tan­te es que sal­vo el dise­ña­dor ori­gi­nal nadie pue­de modi­fi­car el tra­ba­jo final entre­ga­do (pese a que esto es bas­tan­te habi­tual).

El pedido del trabajo

Bueno pues ya está, hemos toma­do en con­si­de­ra­ción una serie de fac­to­res (no hace fal­ta que sean todos) a la hora de pre­su­pues­tar nues­tro tra­ba­jo y lle­ga el momen­to de que nos hagan el pedi­do para el pro­yec­to, este pedi­do es un con­tra­to recí­pro­co entre el clien­te y el dise­ña­dor y como docu­men­to legal esti­pu­la las con­di­cio­nes sobre las que se rea­li­za­rá el mis­mo.

En este pedi­do la empre­sa esti­pu­la que es lo que soli­ci­ta al dise­ña­dor y el dise­ña­dor acep­ta ese pedi­do en las con­di­cio­nes pac­ta­das, pla­zos, tér­mi­nos de entre­ga y pagos.

Todo esto ayu­da a que no sur­jan lue­go malas inter­pre­ta­cio­nes en el pro­yec­to a rea­li­zar y cuan­to más cla­ras sean las cosas des­de el prin­ci­pio mucho mejor.

A fin de cuen­tas en reali­dad tra­ba­ja­mos para comer… (bueno y para algu­na cosa más).

Una últi­ma cosa, lo mejor para comu­ni­car­se con un clien­te es por escri­to, es decir, email, con­ver­sa­cio­nes por men­sa­je­ría que se pue­dan man­te­ner… las comu­ni­ca­cio­nes por telé­fono lo mejor es no uti­li­zar­las más allá de la cor­te­sía, lo rela­ti­vo al tra­ba­jo en cur­so lo mejor es que que­de por escri­to que lue­go las pala­bras se las lle­va el vien­to.