Misión imposible

Misión imposible: sentencia mortal (de aburrimiento) - parte 1

Lamen­ta­ble­men­te, la fran­qui­cia de «Misión Impo­si­ble»» ha per­di­do su bri­llo en su últi­ma entre­ga, Misión Impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1. A pesar de las altas expec­ta­ti­vas y la con­ti­nua pre­sen­cia de Tom Crui­se como el icó­ni­co Ethan Hunt, esta pelí­cu­la se sien­te como una entre­ga for­za­da lle­na de defec­tos nota­bles. Des­de per­se­cu­cio­nes inter­mi­na­bles has­ta chis­tes que caen pla­nos,  pare­ce más una exhi­bi­ción del ego de Crui­se que una pelí­cu­la de acción de cali­dad.

La pelí­cu­la se inun­da con per­se­cu­cio­nes que son lar­gas, inne­ce­sa­rias y, en últi­ma ins­tan­cia, abu­rri­das. Si bien las secuen­cias de acción siem­pre han sido un pun­to fuer­te de la fran­qui­cia, en esta oca­sión se sien­ten exce­si­vas y poco ins­pi­ra­das. La per­se­cu­ción en Fiat 500 a tra­vés de las calles de una ciu­dad, que ocu­pa una par­te sig­ni­fi­ca­ti­va de la pelí­cu­la, se con­vier­te en una mono­to­nía. En lugar de emo­cio­nar al públi­co, estas secuen­cias can­san y dejan la impre­sión de que el direc­tor está tra­tan­do de lle­nar tiem­po de pan­ta­lla sin real­men­te avan­zar en la tra­ma.

Otro pro­ble­ma evi­den­te en Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 es el humor. Las pelí­cu­las de «Misión Impo­si­ble» a menu­do han teni­do momen­tos cómi­cos para ali­ge­rar la ten­sión, pero esta vez los chis­tes caen com­ple­ta­men­te pla­nos. Las bro­mas son pre­de­ci­bles y poco ori­gi­na­les, y a menu­do se sien­ten for­za­das. En lugar de hacer­nos reír, los inten­tos de humor sim­ple­men­te nos hacen rodar los ojos. Es una lás­ti­ma que el guion no haya podi­do ofre­cer un ali­vio cómi­co genuino en una pelí­cu­la que se toma a sí mis­ma dema­sia­do en serio.

Ade­más de las per­se­cu­cio­nes y los chis­tes falli­dos, el mayor pro­ble­ma de Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 es que pare­ce esti­ra­da para el luci­mien­to de Tom Crui­se. Si bien Crui­se ha sido un ele­men­to cen­tral de la fran­qui­cia des­de sus ini­cios, en esta pelí­cu­la su pre­sen­cia es abru­ma­do­ra. En lugar de ser par­te de un elen­co equi­li­bra­do, Crui­se aca­pa­ra la mayor par­te del tiem­po de pan­ta­lla. La tra­ma se desa­rro­lla en gran medi­da en torno a su per­so­na­je, lo que rele­ga a los demás miem­bros del equi­po a roles secun­da­rios. Esto no solo hace que la pelí­cu­la se sien­ta des­equi­li­bra­da, sino que tam­bién pare­ce un vehícu­lo de luci­mien­to per­so­nal para Crui­se.

El exce­so de aten­ción a Crui­se tam­bién afec­ta nega­ti­va­men­te a la tra­ma de la pelí­cu­la. La his­to­ria se vuel­ve con­fu­sa y poco con­vin­cen­te, ya que se enfo­ca en even­tos ela­bo­ra­dos y giros de la tra­ma que pare­cen dise­ña­dos para des­ta­car las habi­li­da­des físi­cas de Crui­se en lugar de con­tar una his­to­ria cohe­ren­te. Los per­so­na­jes secun­da­rios care­cen de desa­rro­llo y pro­fun­di­dad, y sus moti­va­cio­nes a menu­do son difí­ci­les de enten­der. La tra­ma se con­vier­te en un pre­tex­to para exhi­bir las acro­ba­cias y proezas físi­cas de Crui­se, en lugar de con­tar una his­to­ria intere­san­te.

El hecho de que Misión impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 sea solo la pri­me­ra par­te de una pelí­cu­la más lar­ga tam­bién es pro­ble­má­ti­co. La pelí­cu­la se sien­te incom­ple­ta y pare­ce que los rea­li­za­do­res han esti­ra­do la tra­ma para dejar espa­cio a una secue­la. En lugar de ofre­cer una expe­rien­cia cine­ma­to­grá­fi­ca satis­fac­to­ria por dere­cho pro­pio, la pelí­cu­la deja una sen­sa­ción de insa­tis­fac­ción y la impre­sión de que esta­mos vien­do una intro­duc­ción pro­lon­ga­da en lugar de una pelí­cu­la inde­pen­dien­te.

A pesar de estos pro­ble­mas, es impor­tan­te recor­dar que Tom Crui­se no es el úni­co cul­pa­ble de las defi­cien­cias de Misión Impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1. La direc­ción y el guion tam­bién son res­pon­sa­bles de la cali­dad de la pelí­cu­la. La direc­ción, a car­go de Chris­topher McQua­rrie con expe­rien­cia epi­so­dios ante­rio­res de la fran­qui­cia y en otras pelí­cu­las de acción, se sien­te can­sa­da y caren­te de ori­gi­na­li­dad. Las secuen­cias de acción son gené­ri­cas y care­cen de la crea­ti­vi­dad que hemos vis­to en entre­gas ante­rio­res de la fran­qui­cia. Ade­más, el guion es con­fu­so y poco ins­pi­ra­do, lo que hace que la pelí­cu­la se sien­ta como un con­jun­to de esce­nas de acción des­co­nec­ta­das en lugar de una narra­ti­va cohe­si­va.

En resu­men, Misión Impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 es una decep­ción. Las per­se­cu­cio­nes lar­gas y abu­rri­das, los chis­tes sin gra­cia y la sen­sa­ción de que la pelí­cu­la se esti­ra para el luci­mien­to de Tom Crui­se la con­vier­ten en una entra­da olvi­da­ble en la fran­qui­cia. A pesar de la emo­cio­nan­te his­to­ria de acción y espio­na­je que hemos lle­ga­do a espe­rar de Misión Impo­si­ble, esta pelí­cu­la no logra cum­plir con las expec­ta­ti­vas. En lugar de ser una emo­cio­nan­te aven­tu­ra de espio­na­je, Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 se sien­te como un espec­tácu­lo vacío y egoís­ta que prio­ri­za la exhi­bi­ción per­so­nal sobre la narra­ti­va y la cali­dad cine­ma­to­grá­fi­ca. En últi­ma ins­tan­cia, es una opor­tu­ni­dad per­di­da en una fran­qui­cia que solía ser sinó­ni­mo de emo­cio­nan­tes pelí­cu­las de acción.

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