Folder Preview es una pequeña joya para quienes usan Mac y buscan agilizar su día a día con Finder. Esta aplicación, desarrollada por Anybox LTD, añade una extensión de Quick Look que permite previsualizar el contenido de cualquier carpeta simplemente pulsando la barra espaciadora o la combinación ⌘ + Y en Finder. ¿El resultado? Puedes echar un vistazo rápido a lo que hay dentro de una carpeta sin necesidad de abrirla, algo que Apple nunca terminó de implementar de forma nativa y que, sinceramente, se echa en falta cuando gestionas cientos de archivos.
Folder Preview destaca por su integración perfecta: una vez activada la extensión en los ajustes del sistema, funciona de forma transparente tanto en Finder como en gestores de archivos alternativos como ForkLift. No solo muestra los archivos y subcarpetas, sino que permite ajustar las columnas visibles con un simple clic derecho sobre el encabezado, adaptándose así a tus preferencias. La versión más reciente (1.6) ha mejorado notablemente el rendimiento, permitiendo previsualizar carpetas con miles de elementos de forma instantánea y aumentando la profundidad de carpetas que puede explorar hasta siete niveles.
En cuanto a privacidad, Folder Preview no recopila ningún dato, algo que se agradece en tiempos donde la información personal es oro. Además, la app ocupa apenas 1,2 MB, es compatible con macOS 13.0 o superior y está disponible en más de veinte idiomas, incluido el español. Por menos de dos euros, puedes instalarla y compartirla con hasta seis miembros de tu familia gracias a Family Sharing.
La única limitación notable es que, debido a las restricciones de las extensiones Quick Look de Apple, no puedes interactuar con los archivos desde la previsualización (por ejemplo, abrir un archivo directamente desde la vista previa). Sin embargo, la estabilidad y utilidad de la herramienta compensan con creces este pequeño inconveniente.
Folder Preview es ideal para quienes trabajan con grandes volúmenes de archivos y buscan una solución ligera, rápida y sin complicaciones para navegar por sus carpetas. Si alguna vez has deseado que Finder tuviera una función de previsualización real de carpetas, esta app es la respuesta que esperabas.
Imagina que necesitas enviar un vídeo de 50GB a un colega en otro continente. O compartir una carpeta entera de fotos en máxima calidad desde tu móvil Android a un MacBook, sin preocuparte por el tamaño, la velocidad o la seguridad. Hasta hace poco, esto era una odisea: subir archivos a la nube, compartir enlaces, rezar para que la conexión no se caiga y, por supuesto, lidiar con los límites de tamaño y las compresiones que arruinan la calidad. ¿Te suena? Pues Blip viene a dinamitar todas esas barreras con una propuesta tan sencilla como potente: transferencias directas, multiplataforma, sin límites y sin pasar por la nube.
La filosofía de Blip es clara: “Save time, send directly”. Aquí no hay pasos intermedios, ni subidas eternas, ni descargas que dependen de servidores saturados. Arrastras tu archivo o carpeta, eliges el destinatario y listo. ¿Que se te va la conexión? Blip reanuda la transferencia justo donde la dejó, sin dramas ni archivos corruptos. Y si tienes ambos dispositivos en la misma red, la velocidad se dispara por encima de lo que te da tu proveedor de internet. Sí, has leído bien: puedes transferir a 284Mbps en una red local aunque tu internet sea de 80Mbps.
Pero lo que realmente convierte a Blip en un game changer es que no discrimina por dispositivo. Da igual si eres de Windows, Mac, Android o iPhone. Da igual si tu colega está en la otra punta del mundo o en la habitación de al lado. Blip funciona siempre, sin importar la distancia, el sistema operativo o el tamaño del archivo. ¿Te suena a AirDrop? Pues imagina AirDrop, pero sin las limitaciones de Apple, sin necesidad de estar cerca y compatible con cualquier plataforma.
Y aquí viene el giro inesperado: Blip no almacena nada en la nube. Tus archivos nunca pasan por servidores de terceros. Se envían directamente, cifrados con TLS 1.3, del emisor al receptor. Así, no hay enlaces públicos, ni riesgos de que alguien se cuele, ni copias extrañas rondando por internet. Todo queda en tus manos y las de quien tú decidas. ¿Privacidad? Check. ¿Velocidad? Check. ¿Simplicidad? Triple check.
Por si fuera poco, Blip es gratuito para uso personal. Si eres estudiante, aficionado, creativo o simplemente quieres compartir archivos con tus amigos o familia, no necesitas pagar ni dejar tu tarjeta. Si lo usas para fines comerciales, hay planes adaptados, pero la experiencia sigue siendo igual de directa y sin complicaciones.
¿Y qué hay de la experiencia real? Quienes la usan no pueden estar más encantados: productores de vídeo que envían proyectos completos en minutos, creadores de música que comparten carpetas de ProTools sin perder ni un archivo, equipos remotos que colaboran sin preocuparse por los límites de la nube. “Game changer” es la expresión más repetida en las reseñas, y no es para menos.
Blip frente a los gigantes: ¿qué lo hace diferente?
Quizá te preguntes: “¿No es esto lo que prometen Dropbox, WeTransfer o Google Drive?”. La respuesta corta: no, ni de lejos. El modelo tradicional de transferencia de archivos implica subir primero a un servidor (la nube), esperar a que se procese, generar un enlace y, finalmente, que el destinatario descargue el archivo. Si el archivo es grande, prepárate para esperar. Si hay un corte de conexión, vuelta a empezar. Y si el archivo supera el límite (2GB, 5GB, 10GB…), toca pagar o buscar alternativas.
Blip rompe ese ciclo con una arquitectura peer-to-peer optimizada para la velocidad y la fiabilidad. No hay nube, no hay enlaces públicos, no hay límites de tamaño. Puedes enviar carpetas enteras, archivos de 99TB (sí, has leído bien), vídeos en 4K o proyectos de edición con todos sus subdirectorios y enlaces internos. Todo llega tal cual, sin compresiones ni zipeados forzosos.
Además, Blip incorpora funciones que los gigantes ni siquiera contemplan:
Reanudación automática tras cualquier interrupción, ya sea un corte de red, un disco desconectado o un apagón inesperado.
Transferencia directa por LAN cuando ambos dispositivos están en la misma red, logrando velocidades mucho mayores que las de tu proveedor de internet.
Integración nativa y ligera, sin consumir recursos ni agotar la batería de tus dispositivos.
Cifrado de extremo a extremo con TLS 1.3, garantizando que nadie pueda interceptar tus archivos en tránsito.
Compatibilidad total entre plataformas, sin importar si usas Android, iOS, Windows o Mac.
Envío de carpetas completas sin necesidad de comprimir, preservando la estructura y los enlaces internos (ideal para proyectos de edición de vídeo o música).
¿Y la privacidad? Mientras que en otros servicios tus archivos pueden quedar almacenados en servidores ajenos, con Blip el archivo solo existe en tu dispositivo y en el del destinatario. Nada de copias flotando por la nube, nada de enlaces que cualquiera puede interceptar. Solo tú y la persona que elijas.
La configuración es tan sencilla que asusta: descargas la app, la instalas en tus dispositivos y en menos de un minuto ya puedes enviar archivos. No necesitas hablar con ventas, ni configurar servidores, ni pagar cuotas astronómicas. Simplemente funciona.
¿Y si lo comparas con AirDrop o Nearby Share? Blip no necesita que los dispositivos estén cerca ni que sean del mismo fabricante. Puedes enviar un archivo desde un Android en Madrid a un Mac en Buenos Aires, sin preocuparte por la distancia o la compatibilidad. Además, es mucho más fiable con archivos grandes: no pierde el progreso y no te obliga a empezar de cero si algo falla.
En resumen, Blip no es “otro servicio de transferencia de archivos”. Es una nueva forma de entender la colaboración digital, donde la velocidad, la privacidad y la facilidad de uso no están reñidas con la seguridad ni con la compatibilidad. Es, literalmente, el AirDrop universal que siempre quisiste y que nadie se atrevió a construir hasta ahora.
Blip en la vida real: usos, ventajas y anécdotas inesperadas
La teoría está muy bien, pero ¿cómo se traduce Blip en el día a día? Aquí es donde la cosa se pone interesante. Imagina a un equipo de creativos trabajando en un documental: uno edita vídeo en Final Cut Pro en un Mac, otro graba audio en ProTools en un PC, y un tercero revisa los resultados en una tablet Android. Con Blip, pueden enviarse carpetas enteras de proyectos, con todos los archivos y subcarpetas intactos, sin tener que comprimir ni preocuparse por perder nada. Los archivos llegan en minutos, sin importar el tamaño ni la distancia.
O piensa en un fotógrafo que quiere enviar cientos de fotos en RAW a un cliente. Con Blip, las fotos llegan en calidad original, sin compresiones ni recortes. Y si la conexión se corta, la transferencia se reanuda automáticamente. Ni WeTransfer ni Google Drive pueden competir con esa fiabilidad y esa velocidad.
¿Y si eres estudiante y necesitas compartir apuntes, vídeos o proyectos pesados con tus compañeros? Blip es gratis para uso personal, así que puedes usarlo sin miedo a cuotas ni anuncios invasivos. Solo tienes que instalar la app y empezar a enviar.
La experiencia de usuario es otro de los puntos fuertes de Blip. La interfaz es limpia, intuitiva y pensada para que no te pierdas. No necesitas ser un experto en tecnología para sacarle partido. Y si tienes dudas, la comunidad y el soporte están siempre al tanto para ayudarte.
¿Hay margen de mejora? Por supuesto, como en cualquier app joven. Algunos usuarios han sugerido opciones para restringir los envíos solo a contactos conocidos, o mejoras en la gestión de notificaciones. Pero la respuesta del equipo de Blip es rápida y constante: actualizaciones frecuentes, corrección de errores y nuevas funciones que van llegando según las necesidades de los usuarios.
En definitiva, Blip es mucho más que una app de transferencia de archivos. Es una herramienta que redefine la colaboración digital, eliminando las barreras entre dispositivos, sistemas operativos y distancias. Es la respuesta a años de frustraciones con la nube, los límites de tamaño y las esperas interminables. Si alguna vez has perdido horas esperando a que un archivo suba o baje, o has tenido que dividir una carpeta en mil partes para poder enviarla, Blip es la solución que estabas esperando.
¿La mejor parte? Puedes probarlo ya, gratis, y comprobar por ti mismo por qué tantos usuarios lo consideran un “game changer” en su día a día. Porque en un mundo donde el tiempo es oro y la privacidad no es negociable, Blip es la herramienta que pone el control (y la velocidad) de vuelta en tus manos.