En un rincón olvidado de la historia musical yace un solo de batería de seis segundos que se convirtió en el ADN de miles de canciones. Este fragmento, conocido como el Amen Break, no solo redefine lo que significa la creatividad en la era digital, sino que también expone las paradojas de un sistema que venera el arte pero olvida a sus creadores. Desde el hip-hop callejero hasta las pistas de baile electrónicas, este ritmo ha sido pirateado, glorificado y mitificado, todo mientras su autor original moría en el anonimato.
El origen, un accidente musical con sello gospel
Todo comenzó en 1969, cuando The Winstons, una banda de soul liderada por Richard Lewis Spencer, grabó «Color Him Father», un tema que ganó un Grammy y vendió un millón de copias. Pero la historia no está del lado A del vinilo, sino en la cara B: «Amen, Brother», una versión funk de un himno góspel. A los 1:26 minutos, los instrumentos callan y el baterista Gregory Coleman ejecuta un solo de cuatro compases. No era complejo —un redoble de snare, un golpe de kick—, pero su cadencia orgánica y la textura cruda de la grabación lo hicieron único.
La banda, una mezcla racial inusual para la época, se disolvió en 1970 sin imaginar que aquel break sería su legado. Coleman, formado en la Iglesia Bautista, tocaba con la intensidad de quien vive la música, no la ejecuta. Irónicamente, su contribución más duradera fue un «relleno» compuesto en 20 minutos. Mientras «Color Him Father» sonaba en la radio, «Amen, Brother» dormía en los archivos, hasta que una década después, el DJ Breakbeat Lou lo rescató para su compilación Ultimate Breaks and Beats9.
La revolución, de Compton a las raves de Londres
En los años 80, el hip-hop descubrió el poder del sampleo. Productores como Dr. Dre lo usaron en «Straight Outta Compton» de N.W.A., distorsionando el break para darle un aire amenazante. Pero fue en el Reino Unido donde el Amen Break mutó: los productores de jungle y drum and bass lo aceleraron a 160 BPM, lo cortaron en mil pedazos y lo reconstruyeron con bajos sísmicos. Artistas como Goldie en «Inner City Life» o LTJ Bukem lo convirtieron en el corazón de un género que celebraba la velocidad y la rebelión.
¿Por qué este break y no otro? La respuesta está en su flexibilidad. Los seis segundos originales —sin melodías que interfirieran— eran un lienzo en blanco. Los transientes afilados del snare permitían aplicar efectos sin perder claridad, y la irregularidad rítmica (como el snare retrasado en el tercer compás) daba un toque humano imposible de replicar con máquinas. Desde Skrillex hasta Tyler, the Creator, todos encontraron en él una base para expresar caos o belleza.
Hoy el Amen Break trasciende géneros: está en el pop melancólico de Lana Del Rey, en el metal industrial de Slipknot, e incluso en la banda sonora de Futurama. Es un fenómeno global, pero también íntimo: en 2011, DJ Shadow confesó que usó el break en 21 temas de su álbum Endtroducing… porque era «como conversar con un viejo amigo».
La deuda impagable, ética en la era del sampleo
La paradoja del Amen Break es que su éxito no benefició a sus creadores. The Winstons nunca recibieron regalías: los derechos de «Amen, Brother» pertenecían al sello Metromedia, y cuando Spencer supo del sampleo masivo en 1996, ya era tarde para demandar. Coleman, por su parte, murió en 2006 sin hogar y sin saber que su solo sonaba en estadios y festivales. En 2015, DJs británicos recaudaron £24,000 para Spencer vía GoFundMe, un gesto bienintencionado pero que evidenció las grietas del sistema.
Este caso abre debates incómodos: ¿es el sampleo un homenaje o un roto? Cuando Bad Bunny usó un sample sin licencia en «Safaera», Spotify lo retiró temporalmente, pero ¿cuántos artistas indie no tienen recursos para reclamar? La ley de derechos de autor —diseñada para un mundo analógico— lucha por seguir el ritmo de la creatividad digital. Mientras, el Amen Break sigue vivo, sampleado más de 5,000 veces según WhoSampled, un fantasma que repite su historia en cada nueva canción.
Referencias
Spencer, R. L. (1969). Color Him Father [Grabación musical]. Metromedia Records. El sencillo ganador del Grammy que escondía el Amen Break en su cara B.
WhoSampled. (2020). Amen, Brother. https://www.whosampled.com Base de datos que rastrea más de 5,000 usos del break.
Sopitas.com. (2025). La curiosa y triste historia del sample más usado. Reportaje detallado sobre el impacto cultural y las controversias legales.
RTVE. (2020). The Winstons, “Amen, brother”. https://www.rtve.es Análisis histórico-musical del tema y su legado.
Wikipedia. (2024). Amen Break. https://es.wikipedia.org Entrada enciclopédica con datos técnicos y cronología.
Röyksopp nunca ha sido un grupo de seguir el manual. Desde sus inicios en la lluviosa Bergen hasta su último trabajo, «True Electric», el dúo noruego ha demostrado que la electrónica puede ser cálida, experimental y, sobre todo, impredecible. Svein Berge y Torbjørn Brundtland, los cerebros tras este proyecto, han sabido reinventarse una y otra vez, dejando una huella imborrable en la música electrónica mundial.
De la niebla noruega al estrellato global
La historia de Röyksopp arranca en 1998, cuando Svein y Torbjørn, amigos desde la escuela de música en Tromsø, deciden unir fuerzas tras una etapa en el grupo Aedena Cycle. El nombre, una mezcla de “røyk” (humo) y “sopp” (hongo), hace referencia al peculiar hongo “pedo de lobo”, pero también encierra ese aire misterioso y psicodélico que impregna su música. Sus primeras creaciones, como el EP “So Easy”, ya mostraban una inclinación por los sintetizadores analógicos, los samplers y una búsqueda constante de nuevas texturas sonoras.
El salto llegó en 2001 con «Melody A.M.», un álbum que los catapultó al éxito internacional gracias a temas como “Eple”, “Poor Leno” y “Remind Me”. La mezcla de downtempo, house y ambient, combinada con colaboraciones vocales de Anneli Drecker y Erlend Øye, les abrió las puertas de la industria y de las pistas de baile de medio mundo. “Eple” llegó incluso a sonar en los ordenadores de Apple como música de bienvenida, y “Remind Me” se convirtió en himno publicitario en Reino Unido.
Pero Röyksopp nunca se quedó quieto. Con «The Understanding» (2005) dieron un giro hacia sonidos más pop y colaboraciones con artistas como Karin Dreijer Andersson (The Knife) y Anneli Drecker. “What Else Is There?” y “Only This Moment” marcaron una nueva etapa, más accesible y emocional, que consolidó su estatus de referentes electrónicos.
Éxitos, evolución y la búsqueda de nuevos horizontes
A lo largo de más de dos décadas, Röyksopp ha hecho de la experimentación su bandera. Su discografía es un viaje sin mapas: «Junior» (2009) apostó por la energía y el pop electrónico con colaboraciones de Robyn, Lykke Li y Karin Dreijer Andersson; «Senior» (2010) fue todo lo contrario, un álbum instrumental, introspectivo y ambiental, perfecto para perderse en paisajes sonoros brumosos.
En 2014, el EP «Do It Again» junto a Robyn y el álbum «The Inevitable End» marcaron un punto de inflexión. El dúo anunció que sería su último álbum en formato tradicional, pero lejos de desaparecer, se embarcaron en nuevos proyectos audiovisuales y conceptuales, como la trilogía «Profound Mysteries» en 2022, donde exploraron la relación entre música, arte visual y narrativa digital.
Su música, siempre en evolución, ha oscilado entre el house, el drum and bass, el ambient y el synthpop, con guiños a la música afroamericana y a la electrónica más experimental. La clave: una obsesión por los sintetizadores clásicos (Korg MS-20, Roland Juno-106) y una preferencia por los sonidos analógicos, que les ha permitido mantener una identidad sonora reconocible y única.
Entre sus influencias, destacan nombres como Kraftwerk, Brian Eno, Giorgio Moroder, Art of Noise, Vangelis, Erik Satie y Francis Lai. Pero también hay espacio para homenajes a la electrónica de los 70, el prog rock de Pink Floyd y King Crimson, y la escena noruega de bandas como Bel Canto y Biosphere.
«True Electric», el regreso a la pista y la esencia del directo
2025 ha traído consigo una nueva etapa: «True Electric», un álbum que recoge la energía de su gira en vivo de 2023 y que supone un regreso a sus raíces más electrónicas y orientadas al club. Con 19 temas, el disco es una celebración del legado de Röyksopp, con reinterpretaciones de piezas de la trilogía «Profound Mysteries», nuevas versiones de clásicos como “Do It Again” (con Robyn) y “Running To The Sea” (con Susanne Sundfør), y el inédito “The R”, que promete sorprender incluso a los fans más veteranos.
El adelanto del álbum, una reinterpretación de “What Else Is There?” junto a Fever Ray, muestra a un dúo en plena forma, capaz de revitalizar sus propios clásicos con una intensidad y un pulso renovados. El álbum, disponible en plataformas digitales desde el 11 de abril de 2025 y en ediciones físicas limitadas a partir del 9 de mayo, incluye un vinilo triple, un set de 2 CDs y material visual exclusivo, todo pensado para capturar la esencia cinética de sus shows en vivo.
La gira mundial asociada a «True Electric» ha añadido nuevas fechas en Estados Unidos y Reino Unido, confirmando que Röyksopp sigue siendo una referencia en el circuito internacional de la electrónica de vanguardia.
Influencias y legado, de Kraftwerk a la nueva generación
Röyksopp no solo ha bebido de los grandes nombres de la electrónica, sino que también ha dejado su impronta en una nueva generación de artistas. Su capacidad para mezclar géneros, reinventar el formato álbum y apostar por colaboraciones vocales ha inspirado a productores y bandas de todo el mundo. Han sido demandados para remezclar a Coldplay, The Streets, Beck o Felix Da Housecat, y su influencia se percibe en la escena escandinava y más allá.
Su apuesta por el directo, con puestas en escena visuales y trajes excéntricos, ha marcado tendencia y ha elevado el listón de lo que puede ser un concierto de electrónica. No es raro ver a Berge tocando “Eple” con una cápsula espacial en la cabeza o a Brundtland rodeado de sintetizadores vintage. Röyksopp ha demostrado que la electrónica puede ser espectáculo, pero también emoción y profundidad conceptual.
Premios, reconocimientos y el futuro eléctrico
A lo largo de su carrera, Röyksopp ha sido nominado a dos premios Grammy, ha ganado siete Spellemannprisen (el equivalente noruego de los Grammy), y ha conseguido varios números uno en Noruega y Reino Unido. Su legado se mide tanto en cifras como en impacto cultural: han vendido millones de discos, han sido referentes en festivales y han colaborado con algunos de los nombres más importantes de la música contemporánea.
Con «True Electric», el dúo no solo celebra su pasado, sino que abre una nueva etapa en la que la energía del directo y la experimentación sonora vuelven a estar en el centro. Röyksopp sigue siendo un ejemplo de cómo la electrónica puede reinventarse sin perder su esencia, y de cómo la música, como los hongos que les dieron nombre, puede brotar en los lugares más insospechados.
Referencias
Berge, S., & Brundtland, T. (2025). True Electric [Álbum]. Röyksopp. Una obra que encapsula la energía de sus directos y su regreso a las raíces electrónicas.
Wikipedia. (2024). Röyksopp. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%B6yksopp. Artículo detallado sobre la historia, discografía e influencias del dúo noruego.
Loudcave. (2025). Röyksopp: True Electric, una experiencia sonora en vivo en formato LP. Análisis del nuevo álbum y su contexto.
Turismonoruega.com. (2023). Descubre el éxito musical de Röyksopp: una historia de innovación. Reseña sobre los orígenes y la evolución del grupo.
Indie Rocks! (2012). El recorrido de Röyksopp. Artículo sobre las influencias y el impacto cultural de Röyksopp en la escena electrónica internacional.
El 28 de abril de 2025, España, Portugal y parte de Europa vivieron un apagón eléctrico general que dejó a millones de personas sin luz, sin internet y, lo más inquietante, sin la posibilidad de comunicarse con sus seres queridos. En un mundo hiperconectado, donde la dependencia del móvil y la red es absoluta, la experiencia fue un recordatorio brutal de nuestra fragilidad tecnológica. ¿Qué pasaría si mañana se repite? ¿Cómo podríamos mantenernos comunicados si el móvil y el WhatsApp dejan de funcionar? Vamos a explorar alternativas reales, desde apps que funcionan sin internet hasta la vieja radio, pasando por la tecnología mesh y las soluciones más analógicas. Prepárate para un viaje por la comunicación en tiempos de apagón, sin dramas, pero con los pies en la tierra.
Cuando el móvil se apaga, el gran vacío comunicativo
El apagón de abril de 2025 dejó claro que la infraestructura de telecomunicaciones es tan vulnerable como la eléctrica. Aunque durante los primeros minutos algunos pudieron enviar WhatsApps o hacer llamadas gracias a las baterías de respaldo de las antenas, la realidad se impuso rápido: una vez agotada la energía de emergencia, la red cayó como un castillo de naipes. Para que un mensaje llegue por WhatsApp, no basta con que tu móvil funcione; toda la cadena de nodos, antenas, servidores y cables debe estar operativa. Si una sola pieza falla, adiós a la comunicación digital.
En esas horas de desconcierto, muchos redescubrieron la importancia de la radio FM y de los teléfonos con chip de radio, que, conectados a unos sencillos auriculares, permitían al menos enterarse de lo que ocurría. Pero ¿y para hablar con la familia, los amigos, los vecinos? La sensación de aislamiento fue tan intensa como inesperada. El móvil, ese apéndice inseparable, se volvió un pisapapeles de lujo.
Las autoridades, desbordadas, recomendaron intentar las llamadas de emergencia (112) desde móviles de diferentes operadoras, buscando aprovechar cualquier resquicio de red disponible. Incluso se habilitaron líneas fijas alternativas y, en última instancia, se animó a la población a acudir físicamente a los centros de seguridad más cercanos si la comunicación era imposible. Un salto atrás en el tiempo, pero eficaz en situaciones extremas.
La clave que nos dejó el apagón: no podemos depender solo del móvil ni de internet. Si queremos estar preparados para el próximo corte, toca explorar alternativas, desde las más tecnológicas hasta las más analógicas.
Alternativas para comunicarse sin electricidad ni internet: del mesh al papel
La buena noticia es que existen opciones para mantener cierto nivel de comunicación incluso cuando la red cae. La mala: requieren preparación previa, algo de ingenio y, sobre todo, cambiar el chip mental de la inmediatez digital. Olvídate de los memes y los vídeos de gatos; aquí hablamos de mensajes básicos, cortos y, muchas veces, cara a cara.
Las apps que funcionan sin internet ni cobertura
En pleno siglo XXI, la tecnología mesh (red de malla) ha abierto una puerta interesante: permite que los móviles se conecten directamente entre sí usando Bluetooth o WiFi, formando una red local que no depende de antenas ni servidores. ¿Magia? No, física básica y software listo para la emergencia.
Entre las apps más destacadas está Briar, disponible en Android, que permite enviar mensajes cifrados a otros usuarios cercanos usando Bluetooth o WiFi directo. No necesitas cobertura, pero sí estar a pocos metros del destinatario. Ideal para comunicarse en un edificio, una comunidad o un campamento improvisado. La privacidad es máxima, ya que los mensajes no pasan por servidores y se almacenan solo en el dispositivo. Eso sí, olvídate de hablar con tu primo en la otra punta de la ciudad: el alcance es limitado. Briar es perfecta para grupos reducidos y situaciones de aislamiento extremo.
Otra opción es Bridgefy, que también utiliza Bluetooth para crear una red de malla entre usuarios. Su ventaja es que los mensajes pueden saltar de móvil en móvil, ampliando el alcance siempre que haya suficientes personas con la app instalada en la zona. Es como un teléfono roto digital, pero que funciona. La instalación es sencilla y sirve tanto para Android como para iOS, aunque la seguridad no es tan robusta como la de Briar. En un apagón, lo importante es que el mensaje llegue, aunque sea dando un rodeo.
Para los más techies, Meshtastic combina apps móviles con dispositivos de radiofrecuencia LoRa, permitiendo enviar mensajes a varios kilómetros de distancia sin depender de la red eléctrica ni de internet. Eso sí, requiere comprar hardware específico y tener ciertos conocimientos técnicos. La ventaja es su alcance y personalización; la desventaja, que no es una solución plug and play para la mayoría.
El viejo walkie-talkie nunca muere
Si hay un clásico de las emergencias, ese es el walkie-talkie. Los modelos modernos, con alcance de varios kilómetros y autonomía para días, pueden ser la salvación en un apagón prolongado. No requieren red, solo pilas o baterías cargadas. Su uso es sencillo, y permiten coordinar grupos, avisar de emergencias o simplemente mantener el contacto entre vecinos. En comunidades rurales o urbanizaciones, organizar una red de walkies puede marcar la diferencia.
La radio FM y el boca a boca, lo analógico resiste
Cuando todo lo digital falla, la radio FM sigue siendo la reina de la información. Muchos móviles incluyen chip de radio, aunque a veces está desactivado por el fabricante. Una radio portátil a pilas es un básico en cualquier kit de emergencia. Permite recibir información oficial, avisos y, en algunos casos, mensajes de la comunidad. Es comunicación unidireccional, pero en una crisis, saber qué ocurre es tan importante como poder hablar.
El boca a boca, el tablón de anuncios en el portal o la nota manuscrita en el parabrisas del coche recuperan protagonismo. Puede sonar arcaico, pero en ausencia de tecnología, la comunicación directa es la más fiable. Organizar puntos de encuentro, turnos de información o grupos de vigilancia vecinal puede ser vital.
¿Y los móviles por satélite?
Aunque en 2025 los móviles por satélite no son de uso común, existen y podrían ser una solución en escenarios extremos2. Estos dispositivos se conectan directamente con satélites de órbita baja, independientes de la red eléctrica terrestre. Suelen usarse en ámbitos militares, expediciones o zonas remotas, pero su precio y disponibilidad los alejan del gran público. Aun así, en el futuro podrían convertirse en una alternativa real para emergencias masivas, sobre todo si los proyectos de redes satelitales europeas avanzan.
Preparar el kit de comunicación de emergencia
La experiencia del apagón ha hecho que muchos reconsideren su preparación. Un kit básico debería incluir:
Una radio FM portátil con pilas de repuesto
Walkie-talkies con baterías cargadas
Un móvil antiguo con chip de radio activado
Apps como Briar o Bridgefy instaladas y configuradas
Una lista de contactos y direcciones en papel
Linternas, pilas y cargadores solares
No se trata de vivir en modo prepper, sino de asumir que la tecnología puede fallar y que un poco de previsión puede ahorrarnos sustos y angustias.
El papel de las autoridades y la comunidad
Durante el apagón, las autoridades reforzaron los servicios policiales y de emergencia, habilitando líneas alternativas y recomendando acudir a centros de seguridad en caso de incomunicación. La colaboración ciudadana y la calma fueron clave para evitar el caos. En situaciones así, seguir los canales oficiales de información, mantener la calma y colaborar con los vecinos es tan importante como tener el último gadget.
La prevención pasa también por exigir a las operadoras y a las administraciones que mejoren la autonomía de las infraestructuras críticas, con baterías de respaldo más potentes o generación solar en las antenas. No es solo una cuestión técnica, sino de resiliencia social.
¿Estamos preparados para el próximo apagón?
La pregunta que queda flotando tras el apagón de 2025 es incómoda: ¿estamos listos para vivir sin móvil ni internet durante horas o días? La respuesta, para la mayoría, es un rotundo no. Pero la buena noticia es que la preparación no es complicada ni cara. Basta con recuperar algunas costumbres olvidadas, instalar un par de apps y, sobre todo, hablar con los vecinos.
La tecnología mesh, los walkies y la radio son aliados inesperados en un mundo digital. No sustituirán al WhatsApp ni al TikTok, pero pueden marcar la diferencia entre el aislamiento y la conexión en una emergencia. La clave está en no dejarlo para mañana: instala las apps, compra la radio, habla con tu comunidad.
El apagón fue un aviso, no una condena. Si aprendemos la lección, la próxima vez estaremos menos perdidos y más conectados, aunque sea a la vieja usanza. Porque, al final, comunicar es mucho más que enviar un emoji: es estar ahí, aunque sea en la oscuridad.
Referencias
Xataka Android. (2025). El apagón dejó claro que no podemos depender de WhatsApp. Estas apps de mensajería funcionan incluso sin internet. Explica alternativas como Briar, Bridgefy y Meshtastic para comunicarse sin red.
Maldita Tecnología. (2025). Por qué las telecomunicaciones fallaron con el apagón eléctrico y cómo podríamos mejorar la resiliencia. Analiza la vulnerabilidad de la infraestructura y la opción de móviles por satélite.
El Faro de Ceuta. (2025). Cómo actuar en caso de un nuevo apagón eléctrico masivo. Detalla las medidas tomadas por las autoridades y las recomendaciones para la población.
Hipertextual. (2025). Briar: así es la app para enviar mensajes sin internet ni cobertura. Profundiza en el funcionamiento y limitaciones de Briar, una app clave en situaciones de emergencia.
Genbeta. (2025). España se ha quedado sin luz con un enorme apagón. Describe el impacto inicial y la recuperación progresiva de las telecomunicaciones tras el apagón.
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