"Network", la película que predijo la telebasura

«Net­work, un mun­do impla­ca­ble» (Net­work en inglés) es una pelí­cu­la diri­gi­da por Sid­ney Lumet, estre­na­da en 1976, que ofre­ce una visión satí­ri­ca del mun­do de los medios de comu­ni­ca­ción. La cin­ta, escri­ta por Paddy Cha­yefsky, narra la his­to­ria de Howard Bea­le, un vete­rano pre­sen­ta­dor de noti­cias que, tras ser des­pe­di­do, deci­de usar su espa­cio tele­vi­si­vo para expre­sar sus frus­tra­cio­nes en un espec­tácu­lo en el que se vuel­ve pro­fé­ti­co y adquie­re un segui­mien­to faná­ti­co.

La pelí­cu­la está basa­da en hechos reales que ocu­rrie­ron en 1974 cuan­do Chris­ti­ne Chub­buck se qui­to la vida en direc­to que refle­jan la influen­cia de los medios en la socie­dad y las diná­mi­cas den­tro de las gran­des cade­nas de tele­vi­sión. Esta sáti­ra dra­má­ti­ca ofre­ce una mira­da crí­ti­ca a la mani­pu­la­ción de los medios, la pér­di­da de la mora­li­dad y la corrup­ción en bus­ca de audien­cia.

La actua­ción de Peter Finch, que inter­pre­tó a Howard Bea­le, fue un pilar esen­cial en la pelí­cu­la, mere­cien­do reco­no­ci­mien­to y pre­mios. Finch logró una inter­pre­ta­ción excep­cio­nal, cap­tu­ran­do la trans­for­ma­ción de su per­so­na­je de un hom­bre común a un pro­fe­ta de los medios con una bri­llan­tez que dejó una hue­lla en la audien­cia y en la his­to­ria del cine.

La pelí­cu­la, des­de su estreno, ha reci­bi­do elo­gios y crí­ti­cas posi­ti­vas. Ganó cua­tro pre­mios Oscar en la cere­mo­nia de 1977, inclu­yen­do el de Mejor Actor para Peter Finch, Mejor Actriz Feme­ni­na para Faye Duna­way, Mejor Actriz de Repar­to para Bea­tri­ce Straight y Mejor Guión Ori­gi­nal para Paddy Cha­yefsky. Estas vic­to­rias refle­jan la exce­len­cia en la actua­ción, el guion y la direc­ción que con­vir­tie­ron a «Net­work» en una pelí­cu­la de rele­van­cia atem­po­ral.

La his­to­ria, a pesar de ser una sáti­ra de la tele­vi­sión de los años 70, ha man­te­ni­do su vigen­cia y rele­van­cia en el con­tex­to moderno. La pelí­cu­la es una crí­ti­ca a la mani­pu­la­ción mediá­ti­ca y a la pér­di­da de los valo­res éti­cos y mora­les en pos de la audien­cia. En un mun­do con­tem­po­rá­neo, don­de los medios de comu­ni­ca­ción siguen desem­pe­ñan­do un papel fun­da­men­tal y a menu­do mani­pu­la­dor en la opi­nión públi­ca, «Net­work, un mun­do impla­ca­ble» sigue reso­nan­do y gene­ran­do refle­xión sobre el poder de los medios y su impac­to en la socie­dad.

Ade­más de su pre­mia­da actua­ción, la direc­ción de Sid­ney Lumet fue excep­cio­nal en la crea­ción de un rela­to inten­so y de rit­mo ace­le­ra­do. La cine­ma­to­gra­fía y la narra­ti­va visual se entre­la­za­ron de mane­ra magis­tral, crean­do una atmós­fe­ra ten­sa y pro­vo­ca­ti­va que refle­ja­ba los dile­mas mora­les y éti­cos pre­sen­ta­dos en la his­to­ria.

La crí­ti­ca a la des­hu­ma­ni­za­ción y mani­pu­la­ción de las gran­des cor­po­ra­cio­nes de medios de comu­ni­ca­ción sigue sien­do rele­van­te, ya que «Net­work» abor­dó la cues­tión de la moral y la éti­ca den­tro de un sis­te­ma que prio­ri­za el entre­te­ni­mien­to y la mani­pu­la­ción en detri­men­to de la ver­dad y la res­pon­sa­bi­li­dad social.

«Net­work, un mun­do impla­ca­ble» es una pelí­cu­la visio­na­ria que sigue sien­do per­ti­nen­te en la actua­li­dad. Con un guion inte­li­gen­te, actua­cio­nes excep­cio­na­les y una direc­ción magis­tral, la pelí­cu­la es un espe­jo que refle­ja de mane­ra vívi­da la influen­cia y la mora­li­dad de los medios en la socie­dad. Con su sáti­ra pro­fé­ti­ca, la pelí­cu­la de Sid­ney Lumet con­ti­núa sien­do una obra esen­cial del cine y un recor­da­to­rio eterno del poder de los medios y su res­pon­sa­bi­li­dad hacia la audien­cia.

La refle­xión pro­fun­da y las crí­ti­cas socia­les pre­sen­tes en «Net­work, un mun­do impla­ca­ble» son una lla­ma­da a la refle­xión sobre el papel de los medios en la socie­dad, man­te­nien­do su impor­tan­cia y vigen­cia déca­das des­pués de su estreno. Una mira­da impla­ca­ble al mun­do de los medios, esta pelí­cu­la sigue sien­do un hito en la his­to­ria del cine y una adver­ten­cia sobre las tram­pas del sen­sa­cio­na­lis­mo y la mani­pu­la­ción mediá­ti­ca.

La pelí­cu­la de Lumet, con sus galar­do­na­das actua­cio­nes y su guion visio­na­rio, esta­ble­ció un están­dar en la repre­sen­ta­ción del mun­do mediá­ti­co, gene­ran­do un deba­te y un aná­li­sis crí­ti­co que sigue sien­do rele­van­te hoy en día.

En casi todas las cade­nas de tele­vi­sión actua­les deben de ponér­se­la todos los días antes de empe­zar a tra­ba­jar para gene­rar la tele­ba­su­ra que hacen…

Misión imposible: sentencia mortal (de aburrimiento) - parte 1

Lamen­ta­ble­men­te, la fran­qui­cia de «Misión Impo­si­ble»» ha per­di­do su bri­llo en su últi­ma entre­ga, Misión Impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1. A pesar de las altas expec­ta­ti­vas y la con­ti­nua pre­sen­cia de Tom Crui­se como el icó­ni­co Ethan Hunt, esta pelí­cu­la se sien­te como una entre­ga for­za­da lle­na de defec­tos nota­bles. Des­de per­se­cu­cio­nes inter­mi­na­bles has­ta chis­tes que caen pla­nos,  pare­ce más una exhi­bi­ción del ego de Crui­se que una pelí­cu­la de acción de cali­dad.

La pelí­cu­la se inun­da con per­se­cu­cio­nes que son lar­gas, inne­ce­sa­rias y, en últi­ma ins­tan­cia, abu­rri­das. Si bien las secuen­cias de acción siem­pre han sido un pun­to fuer­te de la fran­qui­cia, en esta oca­sión se sien­ten exce­si­vas y poco ins­pi­ra­das. La per­se­cu­ción en Fiat 500 a tra­vés de las calles de una ciu­dad, que ocu­pa una par­te sig­ni­fi­ca­ti­va de la pelí­cu­la, se con­vier­te en una mono­to­nía. En lugar de emo­cio­nar al públi­co, estas secuen­cias can­san y dejan la impre­sión de que el direc­tor está tra­tan­do de lle­nar tiem­po de pan­ta­lla sin real­men­te avan­zar en la tra­ma.

Otro pro­ble­ma evi­den­te en Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 es el humor. Las pelí­cu­las de «Misión Impo­si­ble» a menu­do han teni­do momen­tos cómi­cos para ali­ge­rar la ten­sión, pero esta vez los chis­tes caen com­ple­ta­men­te pla­nos. Las bro­mas son pre­de­ci­bles y poco ori­gi­na­les, y a menu­do se sien­ten for­za­das. En lugar de hacer­nos reír, los inten­tos de humor sim­ple­men­te nos hacen rodar los ojos. Es una lás­ti­ma que el guion no haya podi­do ofre­cer un ali­vio cómi­co genuino en una pelí­cu­la que se toma a sí mis­ma dema­sia­do en serio.

Ade­más de las per­se­cu­cio­nes y los chis­tes falli­dos, el mayor pro­ble­ma de Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 es que pare­ce esti­ra­da para el luci­mien­to de Tom Crui­se. Si bien Crui­se ha sido un ele­men­to cen­tral de la fran­qui­cia des­de sus ini­cios, en esta pelí­cu­la su pre­sen­cia es abru­ma­do­ra. En lugar de ser par­te de un elen­co equi­li­bra­do, Crui­se aca­pa­ra la mayor par­te del tiem­po de pan­ta­lla. La tra­ma se desa­rro­lla en gran medi­da en torno a su per­so­na­je, lo que rele­ga a los demás miem­bros del equi­po a roles secun­da­rios. Esto no solo hace que la pelí­cu­la se sien­ta des­equi­li­bra­da, sino que tam­bién pare­ce un vehícu­lo de luci­mien­to per­so­nal para Crui­se.

El exce­so de aten­ción a Crui­se tam­bién afec­ta nega­ti­va­men­te a la tra­ma de la pelí­cu­la. La his­to­ria se vuel­ve con­fu­sa y poco con­vin­cen­te, ya que se enfo­ca en even­tos ela­bo­ra­dos y giros de la tra­ma que pare­cen dise­ña­dos para des­ta­car las habi­li­da­des físi­cas de Crui­se en lugar de con­tar una his­to­ria cohe­ren­te. Los per­so­na­jes secun­da­rios care­cen de desa­rro­llo y pro­fun­di­dad, y sus moti­va­cio­nes a menu­do son difí­ci­les de enten­der. La tra­ma se con­vier­te en un pre­tex­to para exhi­bir las acro­ba­cias y proezas físi­cas de Crui­se, en lugar de con­tar una his­to­ria intere­san­te.

El hecho de que Misión impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 sea solo la pri­me­ra par­te de una pelí­cu­la más lar­ga tam­bién es pro­ble­má­ti­co. La pelí­cu­la se sien­te incom­ple­ta y pare­ce que los rea­li­za­do­res han esti­ra­do la tra­ma para dejar espa­cio a una secue­la. En lugar de ofre­cer una expe­rien­cia cine­ma­to­grá­fi­ca satis­fac­to­ria por dere­cho pro­pio, la pelí­cu­la deja una sen­sa­ción de insa­tis­fac­ción y la impre­sión de que esta­mos vien­do una intro­duc­ción pro­lon­ga­da en lugar de una pelí­cu­la inde­pen­dien­te.

A pesar de estos pro­ble­mas, es impor­tan­te recor­dar que Tom Crui­se no es el úni­co cul­pa­ble de las defi­cien­cias de Misión Impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1. La direc­ción y el guion tam­bién son res­pon­sa­bles de la cali­dad de la pelí­cu­la. La direc­ción, a car­go de Chris­topher McQua­rrie con expe­rien­cia epi­so­dios ante­rio­res de la fran­qui­cia y en otras pelí­cu­las de acción, se sien­te can­sa­da y caren­te de ori­gi­na­li­dad. Las secuen­cias de acción son gené­ri­cas y care­cen de la crea­ti­vi­dad que hemos vis­to en entre­gas ante­rio­res de la fran­qui­cia. Ade­más, el guion es con­fu­so y poco ins­pi­ra­do, lo que hace que la pelí­cu­la se sien­ta como un con­jun­to de esce­nas de acción des­co­nec­ta­das en lugar de una narra­ti­va cohe­si­va.

En resu­men, Misión Impo­si­ble: Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 es una decep­ción. Las per­se­cu­cio­nes lar­gas y abu­rri­das, los chis­tes sin gra­cia y la sen­sa­ción de que la pelí­cu­la se esti­ra para el luci­mien­to de Tom Crui­se la con­vier­ten en una entra­da olvi­da­ble en la fran­qui­cia. A pesar de la emo­cio­nan­te his­to­ria de acción y espio­na­je que hemos lle­ga­do a espe­rar de Misión Impo­si­ble, esta pelí­cu­la no logra cum­plir con las expec­ta­ti­vas. En lugar de ser una emo­cio­nan­te aven­tu­ra de espio­na­je, Sen­ten­cia Mor­tal – Par­te 1 se sien­te como un espec­tácu­lo vacío y egoís­ta que prio­ri­za la exhi­bi­ción per­so­nal sobre la narra­ti­va y la cali­dad cine­ma­to­grá­fi­ca. En últi­ma ins­tan­cia, es una opor­tu­ni­dad per­di­da en una fran­qui­cia que solía ser sinó­ni­mo de emo­cio­nan­tes pelí­cu­las de acción.

El cine se muere

Hace unos meses hablan­do con unos ami­gos sobre el Cine les dije que lle­va­ba mal un mon­tón de años pero que aho­ra ya está dan­do los últi­mos cole­ta­zos sino tie­ne una evo­lu­ción cla­ra.

Todos somos (hemos sido) muy afi­cio­na­dos al cine como con­cep­to, ir al cine para noso­tros supo­nía una expe­rien­cia com­ple­ta, ele­gir la pelí­cu­la, sacar las entra­das en la taqui­lla, com­prar la palo­mi­tas, bus­car el asien­to en la sala…

Pero todo esto se mue­re irre­me­dia­ble­men­te y la cul­pa es sobre todo de las salas de exhi­bi­ción, lo que en Espa­ña lla­ma­mos «cines».

El pro­ble­ma lle­va muchos años sin hacer nada por­que pare­ce que la indus­tria pre­fie­re mirar a otro lado antes que dar­se cuen­ta de que así no se pue­de seguir.

Las salas de pro­yec­ción han teni­do tan­tos años como des­de la apa­ri­ción del Laser­Disc para pen­sar que hacer, ya no vamos a entrar al tema de las cin­tas de video que tam­bién nos val­dría, pero a par­tir del Laser­Disc y pos­te­rior­men­te el DVD la posi­bi­li­dad de dis­fru­tar del cine en casa con bue­na cali­dad fue una reali­dad.

El DVD tra­jo como con­se­cuen­cia la posi­bi­li­dad de adqui­rir pelí­cu­las para poder ver­las las veces que se qui­sie­ra sin tener que pagar una entra­da y tam­po­co estar pen­dien­te de si la pelí­cu­la seguía en car­te­le­ra.

La indus­tria del «pro­yec­cio­nis­mo» del cine en aquel momen­to dijo que la expe­rien­cia no era com­pa­ra­ble, tenían razón, pen­sad que de aque­lla los tele­vi­so­res eran aún con tubos y pocos tenían un pro­yec­tor que per­mi­tie­se una pan­ta­lla razo­na­ble­men­te gran­de.

Total que nada se movió…

Y entonces llegó el eMule…

Tras la irrup­ción del DVD en los salo­nes, lle­go el DVD a los orde­na­do­res y cla­ro una cosa lle­vó a la otra, lo que se pue­de leer, se pue­de copiar y pron­to sur­gió la «indus­tria» de la copia pira­ta.

Miles de DVD pira­tas inun­da­ron las calles, pero aún así nada se movía en los cines…

De pron­to sur­gió una nue­va for­ma de com­par­tir que lo cam­bió todo, se pudo comen­zar a «rip­pear» los fiche­ros que con­te­nía un DVD, algo que se creía impo­si­ble por el sis­te­ma de pro­tec­ción DRM se vino a bajo con unas pocas líneas de códi­go.

A la vez que se con­se­guía esto inter­net lle­ga­ba a todas par­tes y la velo­ci­dad de nave­ga­ción fue mejo­ran­do, con ella nue­vas for­mas de com­par­tir infor­ma­ción y nacie­ron los sis­te­mas P2P como eMu­le y Torrent.

Aquí la indus­tria cine­ma­to­grá­fi­ca tra­to de reac­cio­nar, pero en vez de poner­se del lado del usua­rio, car­gó con­tra el, a ver que razón tenía por­que la pira­te­ría des­pe­gó de for­ma expo­nen­cial, pero podría haber lucha­do de otra for­ma, atra­yen­do a los usua­rios a las salas.

En vez de eso como la pira­te­ría aumen­tó con­si­de­ró que incre­men­tar el pre­cio de las entra­das com­pen­sa­ría las per­di­das y ahí comen­zó el pro­ble­ma gor­do…

La subida de precios

A par­tir de aquí la subi­da de pre­cios fue impa­ra­ble, esta­mos hablan­do de que cuan­do se paga­ba en pese­tas, una entra­da de cine podía cos­tar sobre 300 pese­tas, inclu­so los cines de verano de los pue­blos era más bara­to, he lle­ga­do a pagar 75 pese­tas en algún peque­ño cine que ponía repo­si­cio­nes en los años ’90, a los 5,71 del año 2007 en Espa­ña de media (unas 900 pese­tas) y a par­tir de ahí sin parar…

Jun­to a la subi­da de pre­cios de las entra­das comen­zó la explo­ta­ción de otros medios de con­su­mo como las palo­mi­tas, chu­ches y demás comi­da para con­su­mir den­tro de la sala que tam­bién se paga­ba a pre­cio de oro, sobre el tema de la comi­da vol­ve­re­mos un poco más ade­lan­te.

Por si esto no fue­ra poco comen­za­ron con unos blo­ques de publi­ci­dad, ade­más de los trai­lers, que podían retra­sar en oca­sio­nes el estreno de la pelí­cu­la has­ta 30 minu­tos.

Vamos todo estu­pen­do para que a las per­so­nas les atra­ye­se el cine…

Las últi­mas entra­das que he com­pra­do me han cos­ta­do 8,50€ un día de sema­na en una sesión de tar­de para una pelí­cu­la que no era estreno…

Es decir que si te vas con tu pare­ja y vamos a poner que ten­gas dos chu­rum­be­les al cine un día por sema­na, pon que tu pare­ja y tu ten­gáis un refres­co de tama­ño medio y unas palo­mi­tas media­nas cada uno, y tus vás­ta­gos lo mis­mo pero más peque­ño, se te pone en, aten­ción, 8,50 x 4 = 34€ de las entra­das y apro­xi­ma­da­men­te unos 30€ más de palo­mi­tas y refres­cos, total que te has gas­ta­do 60€ en un par de horas.

El tema de la comida en los cines

Esto es tema apar­te por­que me pare­ce algo bas­tan­te des­agra­da­ble.

He esta­do en pro­yec­cio­nes don­de tenía a mi lado a un par de per­so­nas que tenían un par de refres­cos que podría­mos cali­fi­car de nave­ga­bles, un cubo de palo­mi­tas para ali­men­tar a un cole­gio, dos piz­zas, un par de ban­de­jas de nachos y dos bol­sas enor­mes de gomi­no­las, y esto para «jin­cár­se­lo» en un par de horas…

Podéis ima­gi­nar el modo de engu­lli­mien­to para meter en un cuer­po toda esa comi­da y el rui­do que eso pro­vo­ca…

«Asque­rro­so» que es un neo­lo­gís­mo for­ma­do por Asqueroso+Horroroso.

Entien­do que haya que lle­var algo para picar, pero todo lo que no sean palo­mi­tas y agua debe­ría estar prohi­bi­do…

Os recuer­do que habéis paga­do una entra­da por casi 9€ para ver una pelí­cu­la y no para oir comer a otras «per­so­nas»…

Llega el streaming y todos a temblar

Enton­ces unos chi­cos de yan­ki­lan­dia mon­tan un nego­cio que lla­man Net­flix que con­sis­tía en alqui­lar pelí­cu­las por «sus­crip­ción» y por correo pos­tal.

Vamos un video­club pero por correo.

Y de pron­to pasan de ese for­ma­to a «ven­der» con­te­ni­do repro­du­ci­ble a tra­vés de inter­net para ver en tu orde­na­dor, tele­vi­sor, móvil, tablet o fri­go­rí­fi­co (lo he vis­to y no lo des­car­to para nues­tra coci­na).

A Net­flix le han segui­do más pla­ta­for­mas, Dis­ney+ AppleTV+, HBO­Max, SkyShow­ti­me, Fil­min, Fli­xO­le, Ama­zon Pri­me Video…

Llega la hora de hacer números

Con este peque­ño resu­men de como está la situa­ción vamos a hacer núme­ros y ver lo que se ve venir…

Vamos a supo­ner una pare­ja que vaya dos veces al mes al cine y lo vamos a hacer con un cálcu­lo anual.

Ir al cine

Entra­das de cine x 221,00 €
Palo­mi­tas x 212,00 €
Refres­cos x 26,00 €
Total39,00 €
Dos veces al mes78,00 €
Total anual936,00 €

Strea­ming en casa

Dis­ney +89,90 €
Apple TV+49,99 €
Net­flix (Full HD)95,88 €
Fil­min84,00 €
Fli­xO­lé39,99 €
SkySho­ti­me35,88 €
Ama­zon Pri­me Video49,90 €
HBO Max69,90 €
Plex39,99 €
Total anual555,43 €

Dife­ren­cia de cos­tes anual 926,00 – 555,43 = 380,57 €

¡Ojo! que esta­mos hablan­do de estar sus­cri­to a 9 pla­ta­for­mas de video de pago.

Si, ya se lo que me vais a decir que si la expe­rien­cia del cine, que si la pan­ta­lla gran­de… pero eso hoy en día es sol­ven­ta­ble casi todo, vale que lo de una pan­ta­lla de 15 metros de ancho no lo pue­de tener cual­quie­ra, pero una bue­na pan­ta­lla, en un buen sofá, con un buen equi­po de audio y sobre todo un catá­lo­go casi ili­mi­ta­do y que pue­des ver cuan­do quie­res, don­de quie­res, como quie­res y el núme­ro de veces que quie­res eso me temo que es imba­ti­ble…

Esto por no hablar de que muchas veces tie­nes que ele­gir que ver en el cine en fun­ción del estreno de turno por­que a la que te des­pis­tas han qui­ta­do la pelí­cu­la…

Vamos que yo no le augu­ro un buen camino al cine… tuvo su momen­to, varias gene­ra­cio­nes hemos dis­fru­ta­do con el, pero las nue­vas pre­fie­ren en su mayo­ría ver el con­te­ni­do que quie­ren cuan­do quie­ren y don­de quie­ren.