Cambio de resolución en Automator con SIPS para imágenes JPEG

Como ya he dicho me gus­ta bus­car for­mas de que las máqui­nas que aho­rren tra­ba­jos repe­ti­ti­vos.

Lo últi­mo que he inten­ta­do es una tarea median­te auto­ma­tor que me sir­va para adap­tar imá­ge­nes para el blog.

Cuan­do subo algu­na ima­gen si están hechas con la cáma­ra o con el dron sue­len ser dema­sia­do gran­des y eso hace que «pesen» dema­sia­do en una web.

Esto ade­más de ser per­ju­di­cial para el ser­vi­dor ener­gé­ti­ca­men­te es poco efi­cien­te en todos los sen­ti­dos, más datos para pro­ce­sar del lado del ser­vi­dor, más datos trans­fe­ri­dos por la red y más datos a deco­di­fi­car en local.

Total que me hice un ser­vi­cio en Auto­ma­tor para con­ver­tir las imá­ge­nes a una reso­lu­ción sufi­cien­te para poder ver­las a casi cual­quier tama­ño que nece­si­te den­tro de la web.

Este pri­mer paso fue sen­ci­llo.

Sim­ple­men­te se coge la acción «Ajus­tar el tama­ño de las imá­ge­nes» se le dice el tama­ño final que han de tener y lis­to.

Pero enton­ces me di cuen­ta de un peque­ño deta­lle…

Las foto­gra­fías de la cáma­ra o del dron tie­nen una reso­lu­ción inne­ce­sa­ria para publi­car­las en la web.

Todo lo que esté por enci­ma de 72 dpi vuel­ve a ser inne­fi­caz.

Así que vol­ví a dar­le una vuel­ta.

El pro­ble­ma es que no hay una acción en las opcio­nes de auto­ma­tor para poder hacer esta tarea.

El Terminal es amigo de Automator

Como inte­grar en Auto­ma­tor una acción que no está den­tro de las accio­nes.

Pues con el Ter­mi­nal…

Des­pués de bus­car infor­ma­ción al res­pec­to me he encon­tra­do con el coman­do SIPS.

Y tras algo más de lec­tu­ra del manual he cons­trui­do esta secuen­cia.

sips -s dpiHeight 72 -s dpiWidth 72 "$1"

Con esta lla­ma­da lo que hace SIPS es cam­biar la reso­lu­ción ver­ti­cal y hori­zon­tal a 72 dpi del fiche­ro selec­cio­na­do.

Y allá que la incluí en una acción para el ter­mi­nal.

Pero… siem­pre hay un pero cuan­do inten­tas explo­tar a las máqui­nas…

Resul­ta que hay un bug, SIPS no es capaz de cam­biar la reso­lu­ción de las imá­ge­nes cuan­do tra­ta fiche­ros JPEG.

Fun­cio­na estu­pen­da­men­te con todo tipo de archi­vos, TIFF, PNG, JPEG2000, inclu­so con PDF, pero con JPEG no…

Casi tiro la toa­lla cuan­do pen­sé que si la máqui­na es la que iba a hacer el tra­ba­jo pues que tra­ba­ja­se un poco más.

Total que cons­truí una nue­va secuen­cia.

Al final lo que he hecho es que coja el JPEG que quie­ro pro­ce­sar, lo con­vier­ta en PNG, tras esto SIPS le cam­bia la reso­lu­ción, le ajus­to el tama­ño a la medi­da que quie­ro y lo guar­do como JPEG.

Lo he crea­do como ser­vi­cio y lo ten­go dis­po­ni­ble en el menú con­tex­tual del Fin­der así que fun­cio­na estu­pen­da­men­te.

In principio erat Kraftwerk

Kraft­werk son con­si­de­ra­dos los pio­ne­ros de la músi­ca elec­tró­ni­ca, sus rit­mos repe­ti­ti­vos y la inclu­sión de múl­ti­ples sin­te­ti­za­do­res y voco­ders en sus com­po­si­cio­nes hicie­ron que estas nue­vas for­mas de enten­der la músi­ca entra­sen en las lis­tas de éxi­tos.

Pero los orí­ge­nes de la músi­ca elec­tró­ni­ca comen­za­ron unos años antes… unos cuan­tos años antes…

Lá música electrónica en el siglo XIX

Si, no esta­mos equi­vo­ca­dos, los soni­dos elec­tró­ni­cos ya comen­za­ron en el siglo XIX, años antes de que ni siquie­ra los inte­gran­tes de Kraft­werk hubie­sen naci­do.

En 1898 se cons­tru­yó el que se pue­de con­si­de­rar el pri­mer ins­tru­men­to elec­tró­ni­co.

Real­men­te era un dis­po­si­ti­vo elec­tro­me­cá­ni­co crea­do por Thad­deus Cahill que median­te rue­das tona­les elec­tro­mag­né­ti­cas pro­du­cía soni­dos simi­la­res a los del órgano.

Este ins­tru­men­to pesa­ba unas 200 tone­la­das y media 18 metros de lar­go.

El nom­bre de este gigan­tes­co ins­tru­men­to era Telhar­mo­nium o Dyna­mopho­ne.

El Therlarmonium
Par­te de la ins­ta­la­ción de un Telhar­mo­nium, esta es la par­te don­de se mez­cla­ban los tonos res­pon­dien­do al tecla­do.

Los inicios del siglo XX

En 1919 se creo el que se con­si­de­ra el pri­mer ins­tru­men­to elec­tró­ni­co de mane­ra ofi­cial.

Su crea­dor se lla­ma­ba Leon The­re­min y su ins­tru­men­to lle­va­ba su nom­bre.

El The­re­min se uti­li­zó en múl­ti­ples con­cier­tos y reci­ta­les a lo lar­go de todo el mun­do sien­do un ins­tru­men­to que ha lle­ga­do a nues­tros días uti­li­zán­do­se en muchos temas actua­les.

La cons­truc­ción del The­re­min esta­ba for­ma­da por dos ante­nas metá­li­cas que detec­tan la posi­ción de las manos del inter­pre­te que hace sonar el ins­tru­men­to sin tocar­lo.

Al mover las manos ale­ján­do­se o acer­cán­do­se de las ante­nas se actúa sobre un osci­la­dor y un modi­fi­ca­dor de volu­men que son los que hacen sonar el The­re­min.

Otro ins­tru­men­to que fue más cono­ci­do en su épo­ca pero que no se ha segui­do uti­li­zan­do de for­ma tan cono­ci­da como el The­re­min fue el Mar­te­not, crea­do por Mau­ri­ce Mar­te­not.

El Mar­te­not al con­tra­rio que el The­re­min si requie­re con­tac­to por par­te del inter­pre­te, al menos en par­te ya que está for­ma­do por un tecla­do y un gene­ra­dor de baja fre­cuen­cia.

El inter­pre­te se colo­ca un ani­llo en el dedo índi­ce de la mano dere­cha, la posi­ción de la mano sobre el gene­ra­dor de baja fre­cuen­cia varia la altu­ra que ten­drá la nota que será varia­da median­te el tecla­do que usa­rá con la mano izquier­da.

Llegan los sintetizadores

Des­pués de varias evo­lu­cio­nes en los méto­dos de gra­ba­ción con con­si­guie­ron mejo­rar los sis­te­mas de repro­duc­ción tales como el sis­te­ma AC Bias o la gra­ba­ción en esté­reo por par­te de AEG en 1942 apa­re­cie­ron los pri­me­ros sin­te­ti­za­do­res elec­tró­ni­cos.

Pre­cur­so­res de estos sin­te­ti­za­do­res fue­ron los Órga­nos Ham­mond que eran dis­po­si­ti­vos elec­tro­mag­né­ti­cos con un soni­do muy carac­te­rís­ti­co.

El pri­mer sin­te­ti­za­dor fue el Cla­vi­vox, crea­do por Ray­mond Scott y Robert Moog (si el del sin­te­ti­za­dor Moog).

Clavivox
Una ver­sión algo más moder­na del pri­mer sin­te­ti­za­dor Cla­vi­vox

Des­pués lle­go el Buchla dise­ña­do por el inge­nie­ro de soni­do Don Buchla, si bien el pri­mer mode­lo no tenía un tecla­do como el de un piano si per­mi­tía la gene­ra­ción de bucles soni­dos median­te una pro­gra­ma­ción pri­mi­ti­va median­te con­mu­ta­do­res.

Pero el sin­te­ti­za­dor que revo­lu­cio­nó la músi­ca elec­tró­ni­ca fue sin duda el Moog.

Crea­do por Robert Moog en 1964, el sin­te­ti­za­dor modu­lar Moog fue un cam­bio en los ins­tru­men­tos musi­ca­les elec­tró­ni­cos.

Robert Moog
Robert Moog con algu­nos de sus sin­te­ti­za­do­res

Etapa pre-Kraftwerk

En 1968 Ralf Hüt­ter y Flo­rian Sch­nei­der se cono­cie­ron en Düs­sel­dorf en un semi­na­rio de impro­vi­sa­ción musi­cal y crea­ron un gru­po lla­ma­do Orga­ni­za­tion.

Con Orga­ni­za­tion die­ron varios con­cier­tos en clu­bes, salas de arte y uni­ver­si­da­des mos­tran­do su músi­ca elec­tró­ni­ca.

A ellos se unie­ron Basil Ham­mou­di, Bucht Hauf Alfred Mönicks y Kon­rad Plank.

Solo gra­ba­ron un dis­co titu­la­do Tone Float con RCA Vic­tor en 1970.

Este dis­co solo se podía con­se­guir en Ale­ma­nia impor­tán­do­lo des­de Rei­no Uni­do pro lo que las ven­tas fue­ron esca­sas y RCA aban­do­nó al gru­po.

Tras este fra­ca­so tan solo Ralf Hüt­ter y Flo­rian Sch­nei­der con­ti­nua­ron con sus pro­yec­tos musi­ca­les pasan­do a crear Kraft­werk.

Organization - Tone Float
Cará­tu­la del dis­co Tone Float de Orga­ni­za­tion

Nace Kraftwerk

En 1970 Ralf y Flo­rian se esta­ble­cen en su pro­pio estu­dio de gra­ba­ción lla­ma­do Kling Klang Stu­dio en Düs­sel­dorf y ese mis­mo año gra­ban su pri­mer dis­co lla­ma­do Kraft­werk 1, la por­ta­da de este dis­co solo tenía su nom­bre y un cono de trá­fi­co. Este cono de trá­fi­co paso a ser su mar­ca como gru­po y aún per­ma­ne­ce.

Sus pri­me­ros con­cier­tos se limi­ta­ron a Ale­ma­nia pero en 1973 amplia­ron su gira y die­ron con­cier­tos en París, el espec­tácu­lo audio­vi­sual inclui­da luces de neón y pro­yec­cio­nes de dia­po­si­ti­vas.

Tras su segun­do dis­co lla­ma­do Kraft­werk 2, en 1973 publi­can su ter­cer álbum titu­la­do Ralf&Florian, este álbum ya con­te­nía soni­dos crea­dos con sin­te­ti­za­do­res y voco­der y un libre­to con dibu­jos de Emil Schult y los pro­pios Ralf y Flo­rian.

El siguien­te año publi­ca­ron el álbum que los acer­có al publi­co fue­ra de los cir­cui­tos en los que has­ta ese momen­to toca­ban.

El álbum Auto­bahn, este álbum tenía un tema de 22 minu­tos y Hüt­ter y Sch­nei­der toca­ron todos los ins­tru­men­tos y can­ta­ron temas co-escri­tos con Emil Schult que tam­bién dise­ño la cubier­ta del dis­co.

Con su siguien­te dis­co, Radio-Acti­vity, con­si­guie­ron un dis­co de oro en Fran­cia, pero no obtu­vo éxi­to de Auto­bahn a pesar de ello.

Tras el no tan buen resul­ta­do de Radio-Acti­vity, Kraft­werk comen­zó a pen­sar en su siguien­te tra­ba­jo, para ello cons­tru­ye­ron un secuen­cia­dor de 16 pis­tas para poder con­tro­lar el Mini Moog.

Este álbum se lla­mó Trans Euro­pe Express.

The Man-Machi­ne fue su siguien­te álbum, para este nue­vo dis­co cam­bia­ron su méto­do de inter­pre­ta­ción y lo que hicie­ron fue hacer que los secuen­cia­do­res del estu­dio y res­to de equi­pos repi­tie­sen melo­días mien­tras ellos rea­li­za­ban diver­sas mez­clas, así a base de repe­tir impro­vi­sa­cio­nes con­si­guie­ron crear los temas del dis­co.

Kraftwerk se vuelve digital

Cuan­do en Espa­ña lo que triun­fa­ba era la Movi­da, Kraft­werk tra­ba­ja­ba en su nue­vo tra­ba­jo.

En 1981 lan­zó Com­pu­ter World, el dis­co se com­pu­so, gra­bó y mez­cló en el Kling Klang Stu­dio uti­li­zan­do gra­ba­ción secuen­cial ana­ló­gi­ca mul­ti­ca­nal y sin­cro­ni­zan­do la gra­ba­ción sobre cin­ta en un pro­ce­so crea­do en el pro­pio estu­dio.

Algu­nas de las voces elec­tró­ni­cas que apa­re­cen en el dis­co están hechas con un tra­duc­tor de Texas Ins­tru­ments.

En esta déca­da Kraft­werk se embar­có en un ambi­cio­so pro­yec­to, hacer por­tá­til el Kling Klang Stu­dio des­de 1976 no habían podi­do hacer con­cier­tos en direc­to dada la com­ple­ji­dad del sis­te­ma de gra­ba­ción y pro­duc­ción del gru­po, así que con­vir­tie­ron todo el estu­dio en modu­lar median­te un sis­te­ma de racks y vol­vie­ron a la carre­te­ra con una gira mun­dial por Euro­pa, Esta­dos Uni­dos, Japón, Aus­tra­lia y la India.

En este nue­vo Kling Klang por­tá­til la estruc­tu­ra for­ma­ba una «V» tras los com­po­nen­tes del gru­po y cua­tro pan­ta­llas mos­tra­ban videos y ani­ma­cio­nes.

Mien­tras en Espa­ña lle­ga­ba Naran­ji­to, los Kraft­werk comen­za­ron la pro­duc­ción de su siguien­te dis­co lla­ma­do Tour de Fran­ce.

El álbum tenía como con­cep­to cen­tral el ciclis­mo tan­to en los aspec­tos físi­cos como men­ta­les en cuan­to a hom­bres y máqui­nas, en este dis­co comen­zó la expe­ri­men­ta­ción con sam­plers digi­ta­les uti­li­zan­do rui­dos de ciclis­tas, res­pi­ra­cio­nes huma­nas y otros soni­dos para crear rit­mos.

El tema prin­ci­pal fue uti­li­za­do para el Tour de Fran­ce del año 1983, el álbum Tour de Fran­ce no pudo ser ter­mi­na­do has­ta el año 2003.

Para­le­la­men­te al desa­rro­llo de Tour de Fran­ce esta­ban tra­ba­jan­do en Tech­no­pop, tra­ba­jo que se publi­có en 1986 final­men­te con el títu­lo de Elec­tric Café.

Este álbum fue un cam­bio en la tec­no­lo­gía uti­li­za­da por el gru­po ya que todo el Kling Klang Stu­dio se vol­vió digi­tal.

Tam­bién fue el pri­mer dis­co en el que en el tema Musi­que Non-Stop fue rea­li­za­do de for­ma ínte­gra­men­te sin­té­ti­ca con imá­ge­nes por orde­na­dor crea­das por Rebe­ca Allen.

Des­de enton­ces Kraft­werk ha segui­do evo­lu­cio­nan­do en su músi­ca y sus crea­cio­nes has­ta nues­tros días pero sin per­der la esen­cia de la músi­ca elec­tró­ni­ca de sus orí­ge­nes.

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Netflix salvará a la humanidad

Net­flix, HBO, Sky, Dis­ney+, Ama­zon, Raku­ten, Fil­min, Apple TV+, Gui­de­doc… la que pre­fi­ráis, estas van a ser las com­pa­ñías que seran capa­ces de sal­var a la huma­ni­dad de su pro­pia auto­des­truc­ción.

La destrucción de la humanidad empezó un martes

La his­to­ria de la auto­des­truc­cíón de la huma­ni­dad comen­zó el 1 de julio de 1941.

Ese día comen­zó como un día nor­mal, la gen­te se levan­tó, desa­yuno, fue a sus tra­ba­jos, la II Gue­rra Mun­díal avan­za­ba en Euro­pa y aún no había comen­za­do la par­te más cruen­ta de la con­tien­da, inclu­so pare­cía que podía haber una solu­ción más o menos rápi­da al con­flic­to pese al avan­ce del Ter­cer Reich en el fren­te sovie­ti­co.

En Esta­dos Uni­dos se juga­ba el par­ti­do de base­ball entre los Brooklyn Dod­gers y los Phi­la­dephia Phi­llies un encuen­tro que duro algo más de 3 horas al que asis­tie­ron en el cam­po unos 3300 espec­ta­do­res y que aquel mar­tes incli­nó la vic­to­ria del lado de los de Phi­la­delphia por 6 a 4.

Apa­ren­te­men­te todo nor­mal…

Pues no, aquí comen­zó la deba­cle mayor de toda la his­to­ria de la huma­ni­dad.

Ese mar­tes en ese encuen­tro ocu­rrió el prin­ci­pio de fin.

La cade­na de tele­vi­sión WNBT emi­tió a las 13.29 el pri­mer anun­cio de tele­vi­sión.

Fue un anun­cio de ape­nas 10 segun­dos por el que la mar­ca de relo­jes Bulo­va pago 9 dóla­res.

Y ahí comenzó el principio del fin

De pron­to los publi­cis­tas a com­pren­die­ron la impor­tan­cia de la tele­vi­sión como medio publi­ci­ta­rio.

Cier­to es que la publi­ci­dad lle­va­ba mucho tiem­po fun­cio­nan­do en otro tipo de medios, des­de perió­di­cos a salas de cine, des­de vallas publi­ci­ta­rias a cuñas de radio, pero la tele­vi­sión… eso era otra cosa.

Para empe­zar era un medio visual como los anun­cios de los perió­di­cos o revis­tas.

En la radio la gen­te tenía que ima­gi­nar­se lo que el anun­cian­te pro­mo­cio­na­ba.

En las revis­tas no había movi­mien­to y resul­ta­ba difí­cil por ejem­plo hacer ver lo poten­te que era un coche.

En los cines se lle­ga­ba al públi­co que iba a ver la pelí­cu­la y muchas veces no era un publi­co muy obje­ti­vo.

Pero la tele­vi­sión lo cam­bio todo.

Ahí se podía hacer todo jun­to, mos­trar el pro­duc­to en todo su esplen­dor. y lle­gar al publi­co obje­ti­vo desea­do (ya habla­re­mos otro día si eso de la publi­ci­dad en inter­net).

Y sobre todo y más impor­tan­te, lle­ga­ban a sus casas, mien­tras esta­ban des­can­san­do y vien­do sus pro­gra­mas favo­ri­tos… en el momen­to en el que las per­so­nas tie­nes las defen­sas com­ple­ta­men­te bajas.

Y todo se volvió en nuestra contra

Des­de ese momen­to, todo empe­zó a ir a peor.

Y no solo por­que la II Gue­rra Mun­dial se con­vir­tie­se en la peor con­tien­da cono­ci­da has­ta ese momen­to, sino por­que, a pesar de que la gue­rra ter­mi­nó en 1945 lo peor esta­ba por lle­gar.

La huma­ni­dad no esta­ba pre­pa­ra­da, ni lo está hoy en día, para el bom­bar­deo de publi­ci­dad al que nos some­te la tele­vi­sión, en todo momen­to.

La socie­dad se vol­vió con­su­mis­ta y no como temían los Esta­dos Uni­dos que el mun­do se vol­vie­se comu­nis­ta.

Es posi­ble que lo segun­do hubie­se sido algo mejor.

Al inva­dir nues­tros hoga­res con millo­nes de anun­cios empe­za­mos que que­rer cosas que en muchos casos no nece­si­tá­ba­mos.

Coches, relo­jes, tele­vi­so­res, apa­ra­tos elec­tró­ni­cos, mar­cas de taba­co, ropa de todo tipo cada tem­po­ra­da, colo­nias de todos los olo­res posi­bles, y sobre todo veía­mos un esti­lo de vida que solo exis­tía en los anun­cios.

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Pero eso no fue lo peor

Los fabri­can­tes de todo el mun­do vie­ron en la tele­vi­sión un mer­ca­do para explo­tar a los pobres incau­tos que esta­ban miran­do la «caja ton­ta».

Y cla­ro los fabri­can­tes de comi­da no se iban a que­dar atrás.

Pron­to se die­ron cuen­ta del enor­me poten­cial que tenían en los anun­cios tele­vi­si­vos.

Coca Cola, Pep­si, McDo­nalds, Kellogs, Donuts, Piz­za Hut, Nestlé, Bim­bo, Oreo, Bur­ger King, Fos­ter Holly­wood… todos vie­ron el gigan­tes­co pas­tel que tenían a su alcan­ce.

Y eso lle­vó a que la gen­te se lan­za­se a una baca­nal de comi­da basu­ra que ha hecho que la pobla­ción de per­so­nas obe­sas en el lla­ma­do pri­mer mun­do este en unos lími­tes inima­gi­na­bles.

Ese aumen­to de la obe­si­dad ha lle­va­do como con­se­cuen­cia un aumen­to de los pro­ble­mas médi­cos de la pobla­ción.

Dia­be­tes, cirro­sis, enfer­me­da­des coro­na­rias, pro­ble­mas intes­ti­na­les, fallos rena­les, acci­den­tes cere­bra­les, pro­ble­mas repro­duc­ti­vos…

Todos ellos son con­se­cuen­cia en mayor o menor medi­da de los anun­cios de comi­da en la tele­vi­sión.

Van directos a tu cerebro

Son anun­cios total­men­te diri­gi­dos a esti­mu­lar en tu cere­bro la nece­si­dad de comer, des­de una ham­bur­gue­sa con todas sus gra­sas satu­ra­das a todo tipo de refres­cos com­ple­ta­men­te satu­ra­dos de azú­car.

Los emi­ten jus­to en los inter­me­dios de tus pro­gra­mas favo­ri­tos para que te levan­tes y vayas a bus­car­los a la neve­ra, o que lo ano­tes en tu lis­ta de la com­pra sino lo tie­nes.

Si estas vien­do una pelí­cu­la te bom­bar­dea­rán de media con al menos 10 anun­cios de comi­da o bebi­da en sus pau­sas, en una pau­sas que en muchos casos tie­nen una dura­ción de 5 a 7 minu­tos, tiem­po más que sufi­cien­te para que pue­das pre­pa­rar la comi­da o ir a por el refres­co que te anun­cian.

Están hac­kean­do tu cere­bro.

Esto por no hablar de la «cali­dad» de los pro­gra­mas de tele­vi­sión…

Nos están con­du­cien­do direc­ta­men­te a la extin­ción.

Netflix nos salvará

O cual­quier otra de las pla­ta­for­mas de strea­ming.

Des­de la lle­ga­da de las pla­ta­for­mas de strea­ming se ha pro­du­ci­do un fenó­meno intere­san­te, el des­cen­so del con­su­mo por publi­ci­dad tele­vi­sa­da.

Al año se emi­ten más de 1 billón de anun­cios tele­vi­si­vos en todo el mun­do, de los cua­les algo más de 30% son anun­cios de ali­men­ta­ción.

Si eli­mi­na­mos de la ecua­ción este bom­bar­deo con las pla­ta­for­mas como Net­flix y las demás resul­ta que toma­mos deci­sio­nes basán­do­nos en otras cosas.

Nues­tra ali­men­ta­ción se ve modi­fi­ca­da y ale­ja­da de la publi­ci­dad de la comi­da basu­ra que nos inva­de a tra­vés de la tele.

De pron­to pode­mos pen­sar por noso­tros mis­mos lo que que­re­mos comer sin dema­sia­das influen­cias exter­nas.

Aban­do­nar la comi­da basu­ra y tener unos hábi­tos ali­men­ta­rios más salu­da­bles.

A esto tam­bién con­tri­bu­yen los múl­ti­ples docu­men­ta­les sobre comi­da y ali­men­ta­ción dis­po­ni­bles en estas pla­ta­for­mas de strea­ming.

Net­flix y las demás nos pue­den hacer enten­der que hay mejo­res mane­ras de comer y esto pue­de que haga que sea­mos mejo­res como huma­ni­dad ale­ján­do­nos de las gra­sas satu­ra­das, los exce­sos de azú­car y demás pro­duc­tos que aca­ba­rán con noso­tros.

Total que aún es posi­ble que lle­gue­mos a la Enter­pri­se.

Neflix hará que lleguemos a la Enterprise

Otra cosa es el exce­so de seden­ta­ris­mo que pro­vo­ca Net­flix y sus secua­ces como con­se­cuen­cia de las mara­to­nes de «pan­ta­lla» que nos pode­mos dar… pero eso es otra his­to­ria que deja­mos para otro día.